El gobierno de México ha reaccionado con firmeza ante el anuncio del presidente estadounidense, Donald Trump, de imponer un nuevo arancel del 30% a los productos mexicanos enviados a Estados Unidos a partir del 1 de agosto. Calificando este movimiento como «injusto», las autoridades mexicanas han confirmado que ya se encuentran en negociaciones con su contraparte estadounidense para revertir esta decisión.
En un comunicado conjunto, las secretarías (ministerios) de Relaciones Exteriores (SRE) y Economía (SE) de México detallaron que desde el 11 de julio pasado, una delegación mexicana ha establecido «una mesa de trabajo permanente binacional» para abordar temas como seguridad, migración y, por supuesto, la economía. Durante estas reuniones, se les informó que «como parte del cambio profundo en la política comercial de Estados Unidos, todos los países recibirían una carta signada por el presidente de los Estados Unidos, estableciendo nuevas tarifas a partir del 1 de agosto».
México ha dejado claro que no está de acuerdo con este «trato injusto» y que su prioridad es «proteger empresas y empleos en ambos lados de la frontera» antes de la fecha límite. En otras palabras, el país vecino ya se encuentra en plenas negociaciones para evitar la implementación de estos nuevos aranceles.
Cabe destacar que, en su carta a la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, Trump no solo anunció los nuevos aranceles, sino que también amenazó con subirlos aún más si México decide aumentar sus propias tarifas en represalia. Además, el mandatario estadounidense criticó al gobierno mexicano por no hacer lo suficiente para frenar a los cárteles de la droga y el flujo de fentanilo, a pesar de reconocer que México ha «ayudado a Estados Unidos a proteger la frontera».
Esta nueva disputa comercial entre México y Estados Unidos se produce en un momento delicado, cuando ambos países ya se encuentran inmersos en negociaciones para abordar temas como seguridad y migración. La capacidad de ambos gobiernos para llegar a un acuerdo satisfactorio será clave para evitar una escalada de tensiones que podría tener graves consecuencias económicas para ambas naciones.