En medio de la cumbre de los países BRICS en Río de Janeiro, el ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Alberto van Klaveren, ha desdramatizado la amenaza del presidente estadounidense, Donald Trump, de imponer un arancel adicional del 10% a cualquier país que se «alinee» con las «políticas antiamericanas» del bloque.
Según Van Klaveren, Chile participó de la cumbre BRICS únicamente como país invitado, sin intención de incorporarse formalmente a este grupo. «Chile define su política exterior de manera independiente, somos un país soberano y por cierto, eso se aplica en nuestra política exterior y hemos mantenido esa posición a lo largo del tiempo y no vemos razón alguna para modificarla», enfatizó el canciller.
Posición Firme Ante Rusia y Respaldo a Ucrania
Asimismo, Van Klaveren destacó la declaración del presidente Gabriel Boric, quien condenó públicamente la «agresión» de Rusia a Ucrania y la situación de los derechos humanos en Irán. «No creemos que haya caído muy bien ese comentario en la delegación rusa», advirtió el canciller.
Para el jefe de la diplomacia chilena, el grupo BRICS es «un grupo mucho más diverso y heterogéneo de lo que se piensa», rechazando la idea de que se trate de un «eje del mal» de países contestatarios. «Hay quienes han puesto al BRICS como una especie de eje del mal, de países que son muy contestatarios, pero la verdad es que es un grupo extremadamente heterogéneo, que incluye incluso a un miembro de la OTAN, como es el caso de Turquía», explicó.
Relaciones con Estados Unidos Siguen su Curso
En cuanto a la relación con Estados Unidos, Van Klaveren señaló que «sigue un curso determinado», con contactos permanentes entre las autoridades de ambos países. «Ya hubo una ronda de conversaciones inicial, básicamente, hay un contacto casi permanente entre nuestra subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales y su contraparte en Estados Unidos, que es el USTR y creemos que efectivamente esas conversaciones avanzan de manera normal», valoró el canciller.
En conclusión, Chile mantiene una posición firme e independiente en su política exterior, sin alinearse con bloques específicos, y condenando abiertamente las acciones de Rusia en Ucrania y las violaciones a los derechos humanos en Irán. Ante la amenaza de Trump, el Gobierno chileno deja claro que no se siente «aludido» y que seguirá definiendo su rumbo de manera soberana.
