Tras una lucha por su vida que se prolongó por más de un mes, el pequeño Luka Sujica, de 5 años, ha sido dado de alta en la clínica Sanatorio Alemán de Concepción. El menor había sufrido una caída desde el piso 13 de un edificio en San Pedro de la Paz, junto a su amigo Valentín, el pasado 29 de mayo.
La noticia de la recuperación de Luka ha sido recibida con gran alivio y alegría por parte de su familia y la comunidad local. Luka logró superar las graves lesiones que sufrió producto de la caída, mientras que desafortunadamente, su amigo Valentín no pudo sobrevivir a las heridas y falleció cuatro días después en el Hospital Guillermo Grant Benavente.
Una lucha por la vida
Según la información recopilada, Luka fue trasladado de urgencia al hospital tras la caída, donde permaneció hospitalizado en estado crítico. Posteriormente, fue derivado a la clínica Sanatorio Alemán, donde los médicos y el personal de salud trabajaron incansablemente para estabilizar su condición y ayudarlo a recuperarse.
Durante más de un mes, Luka libró una batalla contra las secuelas de la caída, enfrentando múltiples desafíos y complicaciones médicas. Sin embargo, gracias a los esfuerzos del equipo médico y el apoyo incondicional de su familia, el pequeño logró superar cada obstáculo y avanzar en su proceso de recuperación.
Emoción y esperanza
La salida de Luka de la clínica fue un momento de gran emoción y esperanza para sus padres y seres queridos. En una fotografía difundida por la familia, se puede ver al niño sonriendo junto a sus padres, quienes lo reciben con lágrimas de alegría y alivio.
Este caso se ha convertido en un símbolo de resiliencia y fortaleza, demostrando que, incluso en las situaciones más adversas, la determinación y el cuidado médico pueden hacer la diferencia. Luka ha inspirado a muchos con su lucha y su capacidad de superar esta terrible tragedia.
Ahora, el pequeño Luka podrá continuar su recuperación en el seno de su familia, rodeado del amor y el apoyo que tanto necesitó durante este difícil proceso. Su historia es un recordatorio de que, incluso en los momentos más oscuros, la esperanza y la perseverancia pueden llevar a milagros inesperados.