A los 77 años, Sharon Lane tomó una decisión que cambiaría el rumbo de su vida: dejar atrás su hogar en California, Estados Unidos, para embarcarse en una aventura de 15 años a bordo de un crucero que la llevaría a conocer el mundo.
Después de un primer intento fallido de viajar en crucero, Lane se encontró viviendo en una comunidad de jubilados, pero no se sentía satisfecha. «Durante los dos años que estuve allí, seguía buscando otro lugar a donde ir… No estaba conforme. No me sentía establecida. Porque no era la vida que quería», relata.
Fue entonces cuando escuchó sobre el Villa Vie Odyssey, un crucero con un formato «residencial» que le permitiría vivir a bordo de manera permanente. Sin dudarlo, Lane utilizó sus ahorros de toda la vida para comprar un camarote interior por 15 años, con la esperanza de cumplir su sueño de recorrer el mundo.
Una Vida en el Mar: Beneficios y Aventuras
Desde que se unió al Odyssey en septiembre de 2024, Lane ha disfrutado de una serie de beneficios que hacen que su nueva vida a bordo sea mucho más económica que vivir en el sur de California. La comida, las bebidas, el WiFi y las consultas médicas (excluyendo procedimientos y medicamentos) están incluidos en la cuota mensual, y también cuenta con servicio de limpieza y lavandería.
«Ya no tengo que lavar la ropa. No tengo que hacer la compra», dice Lane, quien asegura que «vivir en el barco es mucho menos costoso que vivir en el sur de California».
Además de los beneficios prácticos, Lane está emocionada por los destinos que visitará, desde Japón hasta Nueva Zelanda. Aunque planea pasar la mayor parte de su tiempo en la cubierta del barco, disfrutando del movimiento de las olas, también se ha entusiasmado con las excursiones opcionales en cada puerto.
Una Vida de Sueños Cumplidos
Para Lane, esta aventura representa la oportunidad de vivir la vida que siempre quiso. «Finalmente, puedo hacer lo que he querido hacer durante años», afirma. Aunque sabe que en 15 años podría necesitar un hogar de ancianos, por ahora se enfoca en disfrutar cada momento a bordo del Odyssey.
«Estar en la cubierta de un barco me hace feliz. Cuando haga buen tiempo, estaré en esa cubierta. Y cuando el tiempo no esté del todo bueno, me abrigaré y también estaré en esa cubierta, porque ese es mi lugar feliz. Puedes quedarte de pie allí, puedes sentarte allí, puedes charlar con la gente, puedes leer un libro. Tienes la brisa del mar, tienes el aire del mar», concluye Sharon Lane, quien ha encontrado en este crucero residencial la libertad y el ahorro que buscaba para vivir sus sueños.
