Según el último Censo 2024, el 14% de la población nacional supera los 65 años, un dato que alerta sobre los múltiples desafíos sociales y sanitarios que conlleva esta transición demográfica. Con esto, Chile se perfila como un país que envejece a paso firme. El cambio demográfico no sólo transforma el perfil etario de la población, sino que plantea profundas preguntas sobre calidad de vida, salud mental y participación social en la vejez.
En este contexto, un equipo de académicos investigadores de la Universidad Santo Tomás (UST), sede Temuco, ha centrado su labor en estudiar y prevenir el deterioro cognitivo en personas mayores, una de las problemáticas más urgentes del envejecimiento. Desde la Gerontología Clínica, la Kinesiología y la Terapia Ocupacional, coinciden en la necesidad de un enfoque preventivo e integral que no sólo trate síntomas, sino que promueva bienestar y autonomía en esta etapa de la vida.
Claves para un envejecimiento saludable
Norman López, doctor en Neurociencia y profesor titular de la UST, advierte que «la baja natalidad y el aumento sostenido de adultos mayores están invirtiendo nuestra pirámide poblacional». Por este motivo, el especialista enfatiza que es urgente avanzar hacia un enfoque más integral y preventivo del envejecimiento, que considere tanto las políticas públicas como el entorno social y comunitario de las personas mayores.
«Envejecer bien no es solo una meta personal, sino una tarea colectiva. Prepararnos como sociedad para este cambio demográfico es clave para asegurar el bienestar de todas y todos», señala el médico.
En este mismo sentido, la kinesióloga y doctora en Investigación Gerontológica, Carol Saldías, sugiere que «factores como la actividad física, el nivel educacional y la estimulación cognitiva pueden reducir el riesgo de demencia y otras afecciones neurocognitivas. Pero no basta con intervenir un área: el enfoque debe ser integral».
Participación social, clave para la salud mental
Complementando esta mirada, Ignacio Pezoa, terapeuta ocupacional y magíster en Neurociencias, comenta sobre la importancia de la participación social activa como un factor protector frente al deterioro cognitivo.
«El aislamiento y la soledad afectan a cerca del 40% de las personas mayores en la región de La Araucanía, y esto incide directamente en su calidad de vida. Promover espacios de participación, relaciones significativas y actividades con propósito es clave para prevenir un envejecimiento patológico», indica Pezoa.
Respecto a este enfoque, el académico Patricio Torres, investigador de Terapia Ocupacional de la UST Temuco, destaca la relevancia de la actividad física y los vínculos sociales como pilares de un envejecimiento saludable.
«La soledad no deseada es una de las principales amenazas para la salud cognitiva de las personas mayores. Se asocia a mayores niveles de estrés, alteraciones del sueño, disminución de la inmunidad y un incremento en los riesgos de accidentes vasculares», advierte.
En este sentido, Torres propone fortalecer espacios como clubes deportivos, talleres comunitarios o actividades recreativas que promuevan el encuentro y la participación activa.
«Vivir más es también un desafío social que requiere actuar desde temprano, generando redes significativas que acompañen a las personas a lo largo de toda la vida», concluye.
7 hábitos clave para un envejecimiento saludable
Según los expertos, estos son los principales hábitos que pueden prevenir el deterioro cognitivo y potenciar una vejez plena:
- Estimulación mental y cognitiva: Aprender cosas nuevas de forma constante, leer libros, jugar juegos de memoria y realizar ejercicios mentales, participar en talleres de aprendizaje (idiomas, manualidades, jardinería, etc.).
- Vida social y actividades con sentido: Mantener una vida social activa, visitar amigos, participar en grupos o talleres comunitarios, realizar actividades que motiven y den satisfacción, fomentar redes sociales significativas desde joven, evitar y actuar frente a la soledad no deseada.
- Actividad física regular: Caminar, bailar o hacer ejercicios de bajo impacto de forma regular, participar en actividades físicas grupales para ejercitar cuerpo y mente.
- Cuidado de la salud física: Controlar enfermedades crónicas como hipertensión, diabetes y pérdida auditiva, realizar chequeos médicos anuales, no automedicarse.
- Aprendizaje continuo: Participar en talleres, cursos o actividades que permitan adquirir nuevos conocimientos y habilidades a lo largo de la vida.
- Alimentación saludable: Seguir una dieta equilibrada, rica en nutrientes esenciales para la salud cerebral.
- Sueño reparador: Mantener hábitos de sueño saludables, evitando la privación o fragmentación del descanso.
Expertos coinciden en que adoptar estos hábitos de manera integral y sostenida es clave para prevenir el deterioro cognitivo y disfrutar de una vejez plena y saludable.