Grecia ha dado un paso decisivo para abordar los desafíos de la saturación turística en algunas de sus islas más populares. A partir de este martes, todos los turistas que lleguen en cruceros deberán pagar una tasa que oscila entre los 5 y los 20 euros por desembarcar en puertos griegos.
La medida más drástica se aplicará a los pasajeros de cruceros que visiten las islas de Santorini y Mikonos, donde la tarifa será de 20 euros. Estas dos islas del archipiélago de las Cícladas, con apenas 40.000 habitantes, recibieron en 2023 alrededor de 7 millones de turistas. La saturación turística ha puesto en tensión sus sistemas de infraestructura y servicios básicos.
Para el resto de islas griegas y puertos continentales, la tasa durante la temporada alta será de 5 euros por persona. El Gobierno conservador estima que esta medida generará ingresos de entre 50 y 100 millones de euros anuales, que se destinarán a financiar mejoras en la infraestructura local, modernizar puertos y promover un turismo más sostenible.
Regulando el Flujo de Cruceros
Además de la nueva tasa, el Gobierno griego también planea regular el número de cruceros que pueden llegar a diario a ciertas islas. Según el primer ministro Kyriakos Mitsotakis, esta estrategia busca evitar las grandes aglomeraciones que se producen en destinos como Santorini y Mikonos.
La tarifa variará según la época del año. Durante la temporada baja, de noviembre a marzo, será de 4 euros para Santorini y Mikonos, y 1 euro para los demás puertos. En temporada alta, de abril a octubre, ascenderá a 12 euros para estas dos islas y 3 euros para el resto.
Hacia un Turismo Más Sostenible
Estas medidas forman parte de los esfuerzos de Grecia por promover un modelo turístico más sostenible y equilibrado. Al desincentivar el exceso de visitantes en ciertos destinos, se busca aliviar la presión sobre la infraestructura local y mejorar la experiencia tanto para los turistas como para los residentes.
La nueva tasa a los cruceros es un paso importante para que Grecia pueda gestionar de manera más efectiva los flujos turísticos y destinar recursos a la modernización y el desarrollo de sus comunidades costeras. Un equilibrio que beneficiará a todos.