En un giro inesperado, el festival de música Glastonbury se ha visto envuelto en una controversia después de que la policía británica anunciara una investigación por una serie de cánticos realizados durante los conciertos de los artistas Bob Vylan y Kneecap. Estos cánticos, que abogaban por la «muerte» del ejército israelí, han suscitado fuertes críticas y reacciones encontradas.
Los agentes del condado inglés de Avon y Somerset, donde se celebra el festival, indicaron en la red social X que están analizando imágenes de dichas actuaciones, que tuvieron lugar el sábado, para determinar si se cometieron delitos que requieran una investigación penal. La embajada de Israel en Londres se declaró «profundamente perturbada» por los mensajes «incendiarios y llenos de odio» pronunciados durante el evento.
Cánticos polémicos y reacciones encontradas
Durante su intervención en el escenario West Holts, Bob Vylan animó al público a corear «Free, free Palestine» (Libertad para Palestina) y «Death, death to the IDF» (Muerte al Ejército israelí). Por su parte, Kneecap, uno de cuyos miembros afronta un cargo de terrorismo por esgrimir en 2023 un símbolo del grupo libanés Hizbulá, empezó su espectáculo arremetiendo contra el primer ministro británico, Keir Starmer, quien había considerado «inapropiada» su presencia en el festival.
Estas acciones han generado reacciones encontradas. Mientras que políticos británicos como el ministro de Sanidad, Wes Streeting, calificaron los cánticos de «horribles» y pidieron explicaciones a la BBC y al festival, la embajada israelí instó a la «libertad de expresión» y denunció lo que considera «antisemitismo» en las redes sociales.
Respuesta de la organización y la BBC
La organización del festival de Glastonbury, que concluye este domingo, emitió un comunicado donde afirma que «no tolera los discursos de odio ni la incitación a la violencia de ningún tipo por parte de sus artistas». Por su parte, un portavoz de la BBC afirmó que algunas expresiones fueron «profundamente ofensivas» y así se advirtió durante la retransmisión en directo, y señaló que no incluirá las actuaciones de estos grupos en su servicio bajo demanda.
Esta polémica pone de manifiesto la delicada línea entre la libertad de expresión y la incitación al odio, y plantea interrogantes sobre el papel de los festivales y los medios de comunicación a la hora de abordar este tipo de situaciones.
