En un giro irónico de los acontecimientos, Rodrigo Román Andoñe, abogado y fundador de la ONG ‘Defensoría Popular’, fue detenido este domingo tras protagonizar un accidente de tránsito mientras conducía en estado de ebriedad en la comuna de Ñuñoa.
Según la información recabada, Román conducía un vehículo Mazda blanco cuando chocó con otro automóvil en la intersección de la calle Doctor Johow y la Avenida Grecia. Afortunadamente, no se reportaron heridos en el incidente. Sin embargo, el examen respiratorio Intoxilyzer realizado por la policía arrojó un nivel de alcohol de 1,79 gramos por litro de sangre, muy por encima del límite legal.
Consecuencias Legales y Éticas
La detención del abogado Román plantea serias interrogantes sobre la coherencia entre sus acciones y su labor de defensa legal. Como fundador de la ‘Defensoría Popular’, una organización que busca garantizar los derechos de los ciudadanos, su conducta pone en entredicho la credibilidad y la autoridad moral que debería caracterizar a un profesional del derecho.
Impacto en la Imagen Pública
Este incidente sin duda tendrá repercusiones en la reputación y la percepción pública de la ‘Defensoría Popular’. La sociedad espera que los defensores de los derechos ciudadanos actúen con el más alto nivel de integridad y responsabilidad. La conducta de Román, al infringir la ley y poner en riesgo la seguridad vial, podría minar la confianza en la organización que él mismo fundó.
Desafíos Éticos y Profesionales
Más allá de las consecuencias legales, este caso plantea importantes cuestionamientos éticos sobre el ejercicio de la abogacía. ¿Cómo puede un defensor legal que incumple la ley mantener la credibilidad necesaria para representar a otros? ¿Qué mensaje envía esto a los ciudadanos que acuden a la ‘Defensoría Popular’ en busca de apoyo y protección?
Román deberá enfrentar no solo las sanciones penales correspondientes, sino también la necesidad de reflexionar profundamente sobre su conducta y su compromiso con los principios que supuestamente defiende. La confianza pública, una vez quebrantada, será difícil de recuperar.
