El Gobierno de China se ha declarado profundamente preocupado después de que un corresponsal chino del canal de televisión Phoenix resultara herido en un ataque de un dron ucraniano en la región rusa de Kursk.
En una rueda de prensa, el portavoz de la Cancillería china, Guo Jiakun, instó a «todas las partes» a «comprometerse con una solución política a la ‘crisis’ ucraniana» y a «promover conjuntamente una distensión» del conflicto. Pekín ha mantenido desde el inicio una posición ambigua frente a la guerra, mientras ha profundizado sus lazos con Moscú.
Rusia acusa a Ucrania de «ataque selectivo»
Según informó el gobernador local, Alexandr Jinshtéin, el periodista Lu Yuguang, de 63 años, sufrió «un traumatismo craneoencefálico abierto y una herida contusa en la parte parietal» del cráneo.
La portavoz rusa de Asuntos Exteriores, Maria Zajarova, denunció que el ataque «demuestra la intención del régimen de Kiev de silenciar y acabar con los representantes de cualquier medio de comunicación que intente transmitir información objetiva». Zajarova instó a la ONU y a organizaciones de libertad de prensa a «evaluar adecuadamente las acciones terroristas de los ucranianos».
Ataques frecuentes en la frontera
El Ejército ucraniano ataca con frecuencia las regiones fronterizas rusas, particularmente Kursk y Bélgorod, con drones. Este incidente se produce en un momento de tensión creciente entre Rusia y Ucrania, con ambos bandos acusándose mutuamente de ataques a civiles e infraestructura.
La posición de China, que mantiene estrechos vínculos con Rusia, será clave para intentar encauzar una solución diplomática a la crisis. Pekín ha hecho un llamamiento a la moderación y al diálogo, pero su papel como mediador se ve limitado por sus propios intereses geopolíticos.
