En un giro inesperado en el caso del migrante salvadoreño Kilmar Ábrego García, los fiscales del Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ) han expresado su intención de deportarlo a un tercer país cuando salga de la cárcel en Tennessee. Esta nueva maniobra se produce después de que la Administración Trump lo deportara «por error» a El Salvador en marzo, una acción que posteriormente fue declarada ilegal por una corte de Maryland.
Según una llamada entre los abogados del DOJ y la jueza Paula Xinis, los fiscales han informado que el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) planea detener a Ábrego García y enviarlo a un país distinto a El Salvador, aunque no han establecido una fecha concreta para ello. «¿Así que podría pasar en 30 segundos o 30 días o 30 meses?», preguntó la jueza, a lo que el fiscal Jonathan Gynn respondió que «no hay planes inminentes para removerlo a un tercer país».
Una Nueva Escalada en el Caso
Esta nueva estrategia del Gobierno de Trump se produce después de que la Corte Suprema autorizara al Ejecutivo a seguir con las deportaciones de migrantes a países de los que no son ciudadanos. Los abogados de Ábrego García han solicitado a la jueza Xinis que ordene su traslado de Tennessee a Maryland para evitar una nueva deportación, advirtiendo que «si esta corte no actúa expeditamente, entonces es probable que el Gobierno se lleve a Ábrego García a un lugar lejos de Maryland».
Antecedentes del Caso
Ábrego García, quien es referente de la batalla de Trump contra el sistema judicial para deportar a migrantes, fue deportado en marzo a El Salvador a pesar de tener un estatus que lo protegía de la deportación y de las órdenes de la Corte Suprema. Posteriormente, fue acusado de cargos federales de tráfico de personas tras un encuentro con la policía en Tennessee en 2022, cuando viajaba con varios presuntos indocumentados.
Los abogados del salvadoreño han negado que su cliente sea culpable de estos cargos, que le podrían suponer una pena máxima de 20 años de cárcel. Ahora, el Gobierno busca deportarlo a un tercer país, lo que representa una nueva escalada en este caso que ha puesto en jaque al sistema judicial estadounidense.
Conclusión
El caso de Kilmar Ábrego García se ha convertido en un símbolo de la batalla entre el Gobierno de Trump y el sistema judicial en torno a la deportación de migrantes. Ahora, con la intención de enviarlo a un tercer país, el Ejecutivo parece estar dispuesto a ir más allá para lograr su objetivo, desafiando incluso las órdenes de los tribunales. ¿Logrará Ábrego García evitar una nueva deportación? El futuro de este caso seguirá siendo objeto de estrecha vigilancia.
