En un golpe contundente contra el comercio ilegal, las autoridades han desmantelado una red de falsificaciones que operaba en el emblemático Barrio Meiggs de Santiago. La acción se desencadenó tras una denuncia formal presentada por representantes de empresas reconocidas como Apple, Nintendo, JBL, Supreme, Duracell, Pokémon, Harman Industries y Starbucks.
Personal de la Sección de Investigación Policial (SIP) de la Segunda Comisaría de Santiago ejecutó un operativo en la zona, respondiendo a las denuncias por infracción a la Ley de Propiedad Industrial. En el lugar, los funcionarios identificaron un local que comercializaba productos falsificados a gran escala.
Incautación masiva y detención de mujer china
La intervención policial culminó con la incautación de más de 7.900 artículos falsificados, con un avalúo superior a los 57 millones de pesos. Entre los productos decomisados se encontraban elementos dirigidos a niños y aparatos electrónicos de marcas reconocidas.
Como resultado de la operación, las autoridades detuvieron a la dueña del local comercial, una mujer de 37 años de nacionalidad china. La detenida quedó a disposición del Ministerio Público para el respectivo control de detención.
Impacto en el Barrio Meiggs
El mayor Fernando Aguirre, de la Segunda Comisaría de Santiago, explicó que «el día de hoy, a raíz de una denuncia por infracción a la Ley de Propiedad Industrial, Personal de la Sección de Investigación Policial llevó a cabo diligencias en el barrio Comercial».
Esta acción se produce en medio de un debate más amplio sobre la problemática de los comercios ilegales en el Barrio Meiggs, donde el diputado Desbordes afirmó que Carabineros no tiene la capacidad suficiente para erradicar a los vendedores informales. Sin embargo, este operativo demuestra que las autoridades están dispuestas a tomar medidas contundentes cuando se trata de delitos como la falsificación de marcas.
La incautación de miles de productos falsificados y la detención de la presunta responsable envían un claro mensaje: el Barrio Meiggs no será un refugio seguro para quienes pretendan lucrar a costa de la propiedad intelectual de grandes empresas.
