Alí Jamenei, el líder supremo de Irán, es una figura enigmática y poderosa que ha gobernado el país con mano de hierro durante más de tres décadas. A sus 86 años, Jamenei se ha convertido en una especie de divinidad dentro del régimen iraní, ejerciendo un control casi absoluto sobre las decisiones políticas, religiosas y militares de la nación.
Jamenei, quien asumió el cargo de líder supremo en 1989 tras la muerte del ayatolá Ruhollah Jomeini, es una figura clave en la historia reciente de Irán. Previamente, había sido una de las figuras prominentes de la revolución islámica de 1979 que derrocó a la monarquía del sah Reza Pahlavi. Jamenei sobrevivió a varios intentos de asesinato y pasó un período en prisión debido a su oposición al régimen anterior.
Un Líder Todopoderoso
Como líder supremo, Jamenei tiene el poder final sobre las decisiones del gobierno, las fuerzas armadas y el poder judicial. Él es quien elige a las personas que pueden aspirar al cargo de presidente de Irán, así como a otros cargos de representación popular. Su hijo mayor, Mojtaba Jamenei, también se cree que tiene una gran influencia en las decisiones de su padre.
Desafíos Internos y Externos
Los últimos años no han sido fáciles para el ayatolá Jamenei. En 2022, Irán vivió fuertes protestas internas a raíz de la muerte de la joven Mahsa Amini a manos de la Policía de la Moral. Estas revueltas, brutalmente reprimidas, han generado un sentimiento de hastío, especialmente entre la población joven, hacia el régimen iraní y sus restricciones.
Además, la tensión con Estados Unidos y otros países occidentales se ha intensificado en los últimos tiempos, con ataques a instalaciones nucleares iraníes y el riesgo de una posible intervención militar. Jamenei ha advertido que cualquier intervención de Estados Unidos en el conflicto sufrirá «daños irreparables».
Un Futuro Incierto
A pesar de su poder casi absoluto, el ayatolá Jamenei enfrenta crecientes desafíos internos y externos. Mientras Irán navega por una época de tensiones y protestas, la figura de este enigmático líder supremo se perfila como clave para determinar el rumbo del país en los próximos años.
