En un tono grave y sincero, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha admitido estar «muy preocupado» por la posibilidad de que estalle una Tercera Guerra Mundial. Durante su intervención en el Foro Económico Internacional de San Petersburgo, Putin señaló que los conflictos en curso, tanto en Ucrania como en Medio Oriente, especialmente en torno a las instalaciones nucleares de Irán, representan un «gran potencial de conflicto» que está creciendo y exige una atención urgente.
Según el mandatario ruso, estos escenarios de tensión «exigen no sólo nuestra atención, sino también la búsqueda de soluciones, de decisiones, preferiblemente por medios pacíficos». Putin hizo hincapié en que lo expresa «con absoluta sinceridad», sin ironía ni bromas, consciente de la gravedad de la situación.
Rusia y su papel en la crisis iraní
Con respecto a la situación en torno a Irán, Putin aclaró que Rusia cumple todos sus compromisos con la nación persa, pero descartó una implicación militar rusa del lado de Teherán. «Siempre cumplimos nuestros compromisos y lo mismo pasa en las relaciones ruso-iraníes. Apoyamos a Irán en la lucha por sus intereses legítimos, incluyendo su lucha por un programa nuclear pacífico», aseveró.
No obstante, el presidente ruso arremetió contra quienes consideran que Moscú «debió haber hecho más» en este conflicto. «¿Qué más hacer? ¿Comenzar algún tipo de operaciones militares, o qué?», se preguntó, dejando entrever que Rusia tiene sus propias «operaciones militares contra quienes consideramos enemigos de las ideas que defendemos y contra quienes generan amenazas en contra de Rusia».
Llamado a la diplomacia
En resumen, el mensaje de Putin es claro: la situación global es extremadamente delicada y existe un grave riesgo de que se desencadene una Tercera Guerra Mundial. Sin embargo, el líder ruso hace un llamado a la búsqueda de soluciones pacíficas, a través del diálogo y la diplomacia, para evitar que los conflictos actuales escalen hasta un punto sin retorno.
La advertencia de Putin refleja la creciente preocupación internacional por la inestabilidad geopolítica y la posibilidad de un conflicto a gran escala. Su llamado a la moderación y la resolución pacífica de las disputas es un recordatorio de la urgente necesidad de priorizar la diplomacia y el entendimiento mutuo en estos tiempos turbulentos.
