El Congreso ha aprobado una nueva ley de fraccionamiento pesquero que representa un hito histórico para el sector artesanal. Tras un intenso debate, se ha logrado un reparto más equitativo de las cuotas de pesca, con el 45% destinado a los pescadores artesanales y el 55% para la industria, siempre que la captura global anual no supere las 35.020 toneladas.
Un Cambio Trascendental
Esta nueva ley pone fin a la controvertida «Ley Longueira», que había favorecido desproporcionadamente a la industria pesquera. Ahora, se busca una sana convivencia entre ambos sectores, reconociendo la importancia del trabajo artesanal y su impacto en las comunidades costeras.
La diputada María Candelaria Acevedo (PC) celebró este avance, afirmando que «hemos dado un paso fundamental para poner fin a la corrupta ley Longueira, traspasando un porcentaje importante de la cuota global hacia el sector artesanal». Sin embargo, advirtió que la industria, como Camanchaca, sigue solicitando compensaciones, lo cual considera «insólito».
Desafíos Pendientes
Si bien este nuevo fraccionamiento es un logro significativo, aún quedan desafíos por delante. El senador Gastón Saavedra (PS) propuso la creación de una «especie de royalty» para las comunas con complejos industriales, buscando una mayor equidad territorial. Además, se planteó la necesidad de declarar a la jibia como especie migratoria, lo que implicaría ajustes en su gestión.
La diputada Acevedo también destacó la importancia de potenciar el consumo humano a través de pequeñas y medianas empresas pesqueras, así como de mejorar la tecnología en las embarcaciones artesanales. Finalmente, recalcó que no se puede perder de vista la plataforma social y los anhelos de larga data de los pescadores artesanales.
