En un ajustado encuentro entre Universidad de Chile y Coquimbo Unido, se produjo una jugada polémica que pudo haber cambiado el rumbo del partido. En los últimos minutos del compromiso, Nicolás Guerra pateó el balón hacia adelante y este rebotó en el brazo de Alejandro Camargo, jugador del equipo local.
Desde las filas de La U, no dudaron en reclamar por una supuesta mano dentro del área que debería haber sido sancionada como penal. Sin embargo, el árbitro del partido, Franco Jiménez, decidió que se continuara el juego, respaldado posteriormente por la revisión del VAR.
La revisión del VAR
Desde el VAR, se analizó detenidamente la jugada y concluyeron que la mano de Camargo se produjo en una «posición natural», sin que el jugador ampliara el volumen de su cuerpo. En palabras del árbitro, «le pega en la mano, pero en una posición natural. No hay una amplitud, no amplía volumen. Correcto».
Esta decisión, si bien generó lamento en los seguidores de Universidad de Chile, terminó respaldando la determinación inicial del juez del partido, Franco Jiménez. Para Coquimbo Unido, la victoria significó mantenerse en lo más alto de la tabla de la Liga de Primera, bajo la dirección técnica de Esteban González.
Implicaciones y análisis
La polémica jugada pone de manifiesto la complejidad de las decisiones arbitrales, especialmente cuando interviene el VAR. Si bien los hinchas de La U reclamaron por un supuesto penal, el análisis del VAR determinó que la mano de Camargo se produjo en una posición natural, sin que el jugador buscara ampliar el volumen de su cuerpo.
Desde una perspectiva económica, esta decisión arbitral tuvo un impacto directo en los resultados del partido, lo que a su vez afectó la posición de ambos equipos en la clasificación de la liga. Para los fanáticos, la controversia generó frustración, pero también abre un debate sobre la efectividad del VAR y la necesidad de una mayor transparencia en las decisiones arbitrales.
En última instancia, la jugada pone de manifiesto la importancia de contar con un sistema de revisión que permita tomar decisiones justas y coherentes, incluso en situaciones de alta tensión y presión. La credibilidad del arbitraje y la integridad del juego dependen de que estas decisiones se tomen de manera imparcial y fundamentada.
