La reciente firma del Tratado de Alta Mar por parte de Perú ha desatado una fuerte controversia dentro del país. Mientras algunos sectores gubernamentales aseguran que este acuerdo no compromete la soberanía nacional, voces críticas, encabezadas por gremios empresariales y políticos, advierten que se está poniendo en riesgo la soberanía sobre las 200 millas náuticas del territorio marítimo peruano.
El Tratado de Alta Mar, oficialmente conocido como el Acuerdo sobre la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad marina más allá de las jurisdicciones nacionales (BBNJ), fue adoptado por la ONU en junio de 2023 después de décadas de negociaciones. Este acuerdo busca proteger dos tercios de los océanos del planeta, aquellos que están fuera de las jurisdicciones nacionales.
La Postura de Perú y las Críticas Internas
Para el gobierno peruano, el tratado representa un avance en los esfuerzos por conservar la biodiversidad marina y frenar la pesca ilegal. Sin embargo, ha generado dudas sobre la posible afectación de las 200 millas de soberanía reconocidas por la Constitución del país.
La presidenta Dina Boluarte firmó recientemente este tratado en Niza, Francia, durante la Tercera Cumbre de los Océanos. Pero la firma no pasó desapercibida y desató un aluvión de críticas internas. Gremios pesqueros y sectores políticos cuestionaron la falta de debate sobre el tratado en el Congreso y señalaron que podría debilitar las políticas nacionales sobre el aprovechamiento de los recursos marinos.
En defensa de la firma, el canciller peruano Elmer Schialer explicó que la adhesión de Perú al tratado no implica una merma en las 200 millas de dominio marítimo, ya que es un acuerdo ambiental que no afecta la soberanía peruana sobre las aguas cercanas a sus costas. El exvicecanciller Hugo de Zela también salió en defensa del acuerdo, aclarando que este no se aplica a las 200 millas nacionales.
La Postura de Chile y la Conservación Marina
A la controversia interna en Perú se le suma la postura de Chile, que ha sido un firme defensor de la protección de los océanos. Chile fue el primer país de Sudamérica en ratificar el Tratado de Alta Mar el año pasado, lo que subraya su histórica política de conservación oceánica.
Durante la Tercera Cumbre de los Océanos, el ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Alberto van Klaveren, destacó el liderazgo de su país en la protección de la biodiversidad marina más allá de las fronteras nacionales. Chile ha implementado medidas como la creación de áreas marinas protegidas y la regulación de los recursos genéticos marinos, convirtiéndose en un modelo a seguir en la región.
Implicaciones y Desafíos Futuros
Mientras Perú se encuentra en medio de una polémica sobre las implicaciones de su firma del Tratado de Alta Mar, la postura de Chile ofrece una perspectiva diferente sobre cómo los acuerdos multilaterales pueden influir en la gestión de los recursos marinos y la conservación del océano global.
En un contexto internacional que exige cada vez más acción para frenar el deterioro de los ecosistemas marinos, el Tratado de Alta Mar emerge como una pieza clave en el rompecabezas de la gobernanza oceánica. Con la firma de más de 80 países, el acuerdo busca un enfoque global para enfrentar los retos ambientales más urgentes del presente siglo.
A medida que Perú y otros países se adaptan a estos esfuerzos globales, los debates internos y las posturas internacionales seguirán siendo cruciales para encontrar un equilibrio entre la soberanía nacional y la conservación de los océanos.