El Gobierno de Estados Unidos está considerando ampliar significativamente su veto migratorio, incluyendo a 36 países adicionales, en su mayoría africanos, si no cumplen con una serie de requisitos en un plazo de 60 días. Según un memorando del Departamento de Estado al que tuvo acceso The Washington Post, estos países deberán presentar un plan de acción inicial antes del próximo miércoles para evitar ver limitada la entrada de sus ciudadanos a Estados Unidos.
La nueva lista incluye a países como Angola, Antigua y Barbuda, Benín, Bután, Burkina Faso, Cabo Verde, Camboya, Camerún, República Democrática del Congo, Yibuti, Dominica, Etiopía, Egipto, Gabón, Gambia, Ghana, Costa de Marfil, Kirguistán, Liberia, Malawi, Mauritania, Níger, Nigeria, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, Santo Tomé y Príncipe, Senegal, Sudán del Sur, Siria, Tanzania, Tonga, Tuvalu, Uganda, Vanuatu, Zambia y Zimbabue.
Requisitos y Justificaciones
Según el memorando, estos países presentan problemas como la «falta de un gobierno central competente o cooperativo que produzca documentos de identidad confiables y otros documentos civiles» o tienen un gran número de ciudadanos que sobrepasan la fecha de vencimiento de sus visados a Estados Unidos.
Además, el documento señala a países cuyos ciudadanos realizan «actividades antiamericanas o antisemitas en Estados Unidos». Una de las formas de evitar entrar en la lista sería aceptar ser «tercer país seguro» para personas deportadas de EE.UU. con otra nacionalidad.
Antecedentes y Contexto
Esta nueva medida se sumaría al anuncio del 4 de junio, por el que Estados Unidos negó la entrada y concesión de visados a ciudadanos de Afganistán, Birmania, Chad, Eritrea, Guinea Ecuatorial, Haití, Irán, Libia, República del Congo, Somalia, Sudán y Yemen.
Esa proclamación presidencial también imponía límites parciales a las entradas de ciudadanos de Cuba, Venezuela, Burundi, Laos, Sierra Leona, Togo y Turkmenistán.
Implicaciones y Reacciones
Estas medidas restrictivas se enmarcan en la política migratoria del Gobierno de Estados Unidos, que ha endurecido significativamente los requisitos de entrada al país. La decisión de ampliar aún más el veto migratorio generará sin duda reacciones y debates a nivel internacional, con implicaciones humanitarias, diplomáticas y económicas que deberán ser analizadas con detenimiento.
