En un incidente que pone de manifiesto la gravedad de las infracciones laborales y migratorias, un ciudadano boliviano fue detenido por la Policía de Investigaciones (PDI) en Chillán después de intentar sobornar a un funcionario con $2 millones de pesos.
La situación se desencadenó luego de que los detectives de la PDI realizaran una inspección a 46 personas de diferentes nacionalidades que vivían en condiciones de hacinamiento en un sector rural de la capital regional de Ñuble. Allí, según informó el subprefecto Víctor Morales Ramírez, jefe del Departamento de Migraciones y Policía Internacional de Chillán, se detectó que 31 personas se encontraban en situación migratoria irregular, mientras que otras tenían visa transitoria pero estaban ejerciendo labores remuneradas sin la autorización respectiva.
Esto último, ya que las autorizaciones laborales que tramitaba el contratista no habrían sido emitidas por la autoridad administrativa competente. Ante esta situación, el empleador de nacionalidad boliviana fue entrevistado en dependencias del cuartel policial y notificado de las sanciones y multas a las que se enfrentaba.
Fue entonces cuando el sujeto solicitó poder solucionar el problema y extrajo de su bolso $2 millones de pesos en efectivo, intentando sobornar con el fin de eludir las consecuencias legales, según puntualizó Morales. El momento del soborno fue captado por personal policial.
Por este intento de cohecho, el ciudadano boliviano fue detenido de inmediato y puesto a disposición del tribunal competente, además de enfrentar las infracciones asociadas a la contratación irregular de extranjeros y el uso de documentación falsa.
