En un giro inesperado en el juicio contra el rapero Sean «Diddy» Combs, una de sus exnovias ha testificado sobre los detalles de su relación financiada por el artista. La mujer, que se hace llamar «Jane» para mantener el anonimato, afirmó que Combs le proporcionó alrededor de $150,000 durante el curso de su relación, incluyendo el pago de su alquiler e incluso de su abogado.
Según el testimonio de Jane, en 2023 firmó «un contrato de amor» con Combs, en el cual este se comprometió a pagarle $10,000 mensuales para cubrir su renta. La testigo declaró que el rapero aún sigue pagando su alquiler a pesar de estar detenido desde septiembre del año pasado.
Además, Jane reveló que Combs invirtió unos $20,000 en su marca de vestidos y trajes de baño, y que también contrató un abogado para ella después de que las autoridades realizaran redadas en sus viviendas de Los Ángeles y Miami, donde encontraron múltiples cajas de lubricantes y aceite para bebés.
Sin embargo, la relación no estuvo exenta de incidentes violentos. Jane admitió que en una discusión, ella empujó la cabeza de Combs contra un mueble de mármol, y que él respondió propinándole patadas y tratando de estrangularla. Después de este incidente, Combs la obligó a maquillarse para ocultar las heridas y a tomar una pastilla de éxtasis, para luego forzarla a mantener relaciones con un trabajador sexual mientras él se masturbaba.
¿Tráfico sexual o acuerdo de amor?
Estas revelaciones se suman a las acusaciones previas de Jane, quien ha denunciado que Combs la obligaba a participar en «maratones sexuales» con trabajadores sexuales, a los que llamaba «freak offs». Combs se ha declarado no culpable de los cargos de conspiración con fines de extorsión, transporte para ejercer el proxenetismo y tráfico sexual que enfrenta.
El caso ha generado un intenso debate sobre los límites entre un acuerdo de amor y el tráfico sexual. Mientras que la defensa de Combs alega que se trató de una relación consentida, la fiscalía sostiene que el rapero abusó de su poder y posición para explotar sexualmente a Jane y otras mujeres.
¿Qué dicen los expertos?
Desde una perspectiva legal, los expertos señalan que la línea entre el consentimiento y la explotación puede ser difusa, especialmente cuando hay una gran disparidad de poder y recursos entre las partes involucradas. «Estos casos suelen ser complejos y requieren un análisis cuidadoso de las circunstancias específicas», explica la abogada especializada en derechos de las mujeres, Sofía Gómez.
Por otro lado, desde un enfoque económico, algunos analistas cuestionan si el hecho de que Combs financiara la vida de Jane puede considerarse un acuerdo de amor o si, en realidad, se trata de una forma de tráfico sexual encubierta. «Cuando hay una dependencia económica tan marcada, es difícil hablar de consentimiento pleno», señala el economista Javier Hernández.
El juicio contra Diddy Combs continúa, y sin duda seguirá generando debates y reflexiones sobre los límites éticos y legales de las relaciones de poder en la industria del entretenimiento.