Los recientes intentos de reforma constitucional en Chile han sido marcados por el fracaso, según lo señalado por el Presidente Gabriel Boric en su última Cuenta Pública. Él atribuyó este fracaso a la presencia de «fuerzas antagónicas» que «cometieron el error de negarle la legitimidad al que tenían enfrente». En el libro La esperanza frustrada. Maximalismos doctrinarios versus consenso constitucional democrático en Chile. 2019-2023, publicado por Ediciones PUCV en 2024, los autores Cristóstomo Pizarro y Esteban Vergara comparten este mismo juicio.
Cuando el Consenso Democrático fue Reemplazado por la Imposición Doctrinaria
Según los autores, las organizaciones políticas con alta representación en la Convención y el Consejo Constitucional no buscaron un acuerdo, sino más bien imponer una doctrina política. Esto ocurrió tanto con los sectores de extrema izquierda, que creían ingenuamente que el Estado es el principal, si no el único, actor encargado de resolver los problemas de justicia, como con los extremismos de derecha, que consideraban que la respuesta a estos problemas debía provenir principalmente, si no únicamente, de la iniciativa privada, viendo al Estado como un obstáculo para el progreso económico.
Sin embargo, la historia ha demostrado que ninguna de estas propuestas ha sido exitosa, ya que no solo se sustentaron en el uso de la violencia física, intelectual y moral para llegar al poder y/o durante su ejercicio, rompiendo flagrantemente las reglas del consenso democrático, sino que también fueron incapaces de cumplir sus retóricas promesas: la realización de la libertad en la extrema derecha y la igualdad en la extrema izquierda.
Derechos de Libertad y Derechos Sociales: Una Relación Complementaria
Una cuestión central del fracaso de los procesos constitucionales fue la incapacidad para comprender que no existe oposición entre los derechos de libertad y los derechos sociales que persiguen la disminución de las desigualdades, como lo propone el liberalismo igualitario o democrático de Rawls, Habermas, Bobbio y Ferrajoli, entre otros. Estos derechos son complementarios y forman parte de un todo indivisible. La actitud doctrinaria casi dogmática de los sectores maximalistas de la Convención y el Consejo bloqueó la comprensión de esta mutua relación intrínseca.
Hacia un Enfoque Transdisciplinario y un Amplio Consenso
Para la elaboración de un nuevo texto constitucional, es necesario abandonar la lógica de trinchera de la discusión partidista y centrarse en la construcción de un amplio acuerdo de lo que debiese ser una sociedad justa y buena. Esto implica recoger el saber de los expertos, no solo de los profesionales del derecho, sino también de las ciencias sociales, la historia y la filosofía, lo que hemos denominado como enfoque transdisciplinario.
Además, como algunos autores lo han señalado, es necesario colocar en uno de los primeros lugares la «madre de todos los consensos», que es que todas las partes concurran en la elaboración de un pacto fiscal que señale en forma expresa cómo se financiarán todos los derechos fundamentales, tanto los derechos de libertad como los derechos sociales.
Solo a través de este enfoque transdisciplinario y de la construcción de un amplio consenso democrático podremos superar los extremismos y elaborar una Constitución que equilibre los derechos de libertad y los derechos sociales, sentando las bases para una sociedad verdaderamente justa y próspera.
