Cristina, una joven italiana de 18 años, llegó a Londres en 1984 para estudiar inglés. Después de coincidir con un interesante joven en un vuelo, acordaron verse al día siguiente en la Plaza de Trafalgar. Sin embargo, cuando Cristina llegó, el hombre nunca apareció, dejándola decepcionada.
Mientras esperaba, Cristina notó a un joven estadounidense, Matt, sentado entre los leones de bronce leyendo «Romeo y Julieta». Decidida, se acercó y entablaron una conversación. A pesar de la barrera del idioma, surgió una conexión instantánea entre ellos.
Matt, de 20 años, estaba de vacaciones con su familia en Londres y solo tenía dos días más antes de regresar a California. Aun así, Cristina y Matt pasaron horas hablando, descubriendo intereses compartidos como la música de Grateful Dead. Cuando llegó el momento de despedirse, Matt le dejó a Cristina una nota conmovedora: «No soporto la idea de no volverte a ver».
Devastada, Cristina intentó ponerse en contacto con Matt, pero sus cartas se perdían debido a que él cambiaba de domicilio cada año. Finalmente, después de dos años, Matt viajó a Italia para reencontrarse con Cristina. A partir de entonces, su relación floreció, y en 1987 Matt se mudó a Italia para enseñar inglés y continuar su romance.
Tras casarse en 1991, Cristina y Matt vivieron una vida llena de aventuras, viajando por el mundo y estableciéndose tanto en California como en Italia. Tuvieron dos hijos, Davide y Francesca, y finalmente se jubilaron en 2019 después de cerrar su panadería «Mama’s Bakery».
Hoy, más de 40 años después de esa cita fallida en Londres, Cristina y Matt siguen juntos, disfrutando de su amor y de los recuerdos de una historia que desafió al destino. «Hacemos exactamente lo que queremos«, dice Cristina, «Tenemos suerte de poder hacerlo«, concluye Matt.