Chiloé, el archipiélago chileno conocido por su riqueza natural y cultural, se ha convertido en el escenario de una batalla por la preservación de su delicado ecosistema. La reciente aprobación del proyecto «Sistema de Transmisión Tineo – Nueva Ancud» por parte del Comité de Ministros ha desatado una ola de críticas por parte de la organización Defendamos Chiloé, quienes acusan al Gobierno de «perder el rumbo» en materia de desarrollo sostenible.
El proyecto, impulsado por la empresa Transelec, contempla la construcción de una línea de transmisión eléctrica de alta tensión que atravesaría el archipiélago, incluyendo un cruce aéreo de 4,6 kilómetros sobre el Canal de Chacao. Con una inversión estimada de 107 millones de dólares y una duración de aproximadamente dos años, la iniciativa ha generado preocupación entre los defensores del medio ambiente y las comunidades locales.
Impactos Ambientales y Sociales Significativos
Según Juan Carlos Viveros, uno de los voceros de Defendamos Chiloé, el Gobierno ha «perdido el rumbo» al respaldar este proyecto, el cual, a su juicio, genera «impactos ambientales y sociales significativos» en el territorio. Nunca lograron el concepto que ellos mismos crearon de gobierno ecologista. En los descuentos, a 8-9 meses de terminar su mandato, ha sido una tremenda decepción ver cómo el Ministerio de Medio Ambiente y el propio Presidente perdieron el rumbo, afirmó Viveros.
La organización considera que el proyecto no prioriza una mirada de largo plazo con criterios de sustentabilidad, y que existen alternativas más compatibles con el entorno y la vida de las comunidades del archipiélago. Además, señalan que, a pesar de que el Comité de Ministros incorporó medidas como el monitoreo de aguas subterráneas, estas no son suficientes para mitigar los impactos significativos que la iniciativa podría generar.
Desafíos para el Gobierno: Recuperar el Rumbo Hacia la Sostenibilidad
El caso de Chiloé pone de manifiesto los desafíos que enfrenta el Gobierno en su intento por conciliar el desarrollo económico con la preservación del medio ambiente. La aprobación de este proyecto energético, a pesar de las advertencias de la organización local, ha sido percibida como una traición a los principios de un «gobierno ecologista» que el propio Presidente Boric prometió.
En un momento en que la conciencia ambiental y la demanda por soluciones sostenibles están en auge, el Gobierno se enfrenta a la difícil tarea de recuperar la confianza de las comunidades y demostrar su compromiso con un desarrollo que respete el delicado equilibrio de Chiloé. La búsqueda de alternativas más compatibles con el entorno y la inclusión de las voces locales en la toma de decisiones serán claves para que el Gobierno pueda recobrar el rumbo hacia una verdadera sostenibilidad.