Enoteca María, un restaurante ubicado en Staten Island, Nueva York, es mucho más que un simple espacio culinario. Es la historia de Joe Scaravella, un hombre que encontró consuelo en la cocina de sus abuelas después de perder a sus seres queridos. Inspirado por los recuerdos de su infancia y el legado de sus «nonnas» (abuelas en italiano), Scaravella decidió crear un lugar donde estas mujeres pudieran compartir sus habilidades culinarias con el mundo.
El Nacimiento de un Sueño
Tras el fallecimiento de su madre, su hermana y una abuela de 100 años, Scaravella se vio sumido en la tristeza. Fue entonces cuando recordó los momentos que pasaba en la cocina con su abuela Domenica, preparando soppressata, un embutido italiano tradicional, y disfrutando de las recetas familiares. Estas mujeres, que lo amaron profundamente, le enseñaron a cocinar y le transmitieron los sabores de su infancia.
Con el dinero de una herencia, Scaravella decidió cambiar de aires y trasladarse a Staten Island, donde abrió un local junto a un antiguo teatro. Allí, sin tener experiencia en el mundo de la restauración, publicó un anuncio en busca de «nonnas» que quisieran unirse a su proyecto. La respuesta fue abrumadora, y en 2007 abrió las puertas de Enoteca María, llamado así en honor a su difunta madre.
Un Restaurante Único: Las Abuelas al Mando
A diferencia de los restaurantes convencionales, Enoteca María no cuenta con chefs profesionales, sino con un equipo de abuelas provenientes de diferentes partes del mundo, incluyendo Italia, España, Grecia, Rusia, Francia y Argentina. Estas mujeres, con una amplia experiencia en la cocina casera, son las encargadas de preparar los platos que se sirven en el establecimiento.
Según Scaravella, el único requisito para trabajar en Enoteca María es ser abuela y saber cocinar. De hecho, la abuela de mayor edad tiene 88 años y se especializa en la preparación de cavatelli con pesto, una pasta típica del sur de Italia. Estas mujeres compiten entre sí por hacer la «mejor salsa o la mejor lasaña», lo que crea un ambiente único y lleno de camaradería en la cocina.
Más Que un Restaurante: Una Experiencia Cultural
Enoteca María ofrece una experiencia culinaria y cultural única. Según Scaravella, «cuando estas abuelas cocinan, realmente se están expresando». El ambiente del restaurante es cálido y acogedor, con un toque de nostalgia que transporta a los comensales a la cocina de sus propias abuelas.
La mitad del menú es 100% italiano, mientras que la otra mitad rota según la nacionalidad de la cocinera a cargo del día. Esto permite a los clientes disfrutar de una amplia variedad de platos caseros, cada uno con su propio sello y tradición. Lindsey Ramsey, en su reseña para Delish, describe la comida de Enoteca María como «hecha con esmero, con sabores ricos y reconfortantes, exactamente como los que recuerdas de la comida que te preparaba tu abuela».
Más Allá de la Comida: Un Legado de Amor y Tradición
Para Scaravella y las abuelas que trabajan en Enoteca María, el restaurante ha sido mucho más que un simple negocio. Es un espacio donde estas mujeres han encontrado un nuevo propósito y una oportunidad para compartir sus habilidades culinarias y sus historias de vida.
La experiencia de Carmen Bernardo, una abuela argentina que se unió al equipo en 2016, es un claro ejemplo de cómo Enoteca María ha transformado la vida de estas mujeres. Inicialmente escéptica, Bernardo terminó aceptando el trabajo y descubriendo una nueva pasión por la cocina y la conexión con su herencia cultural.
En resumen, Enoteca María es mucho más que un simple restaurante. Es un homenaje a las abuelas, a los sabores de la infancia y a la magia de la cocina casera. Es un lugar donde se preservan las tradiciones, se comparten historias y se conquistan paladares con cada plato servido con amor.
