Un reciente estudio ha revelado una alarmante realidad: los hombres tienen más del doble de probabilidades de morir a causa del «síndrome del corazón roto» en comparación con las mujeres. Esta condición, también conocida como miocardiopatía de Takotsubo, se caracteriza por un debilitamiento temporal del músculo cardíaco, a menudo desencadenado por situaciones de estrés o emociones intensas.
Según los datos recopilados de casi 200,000 pacientes hospitalizados en Estados Unidos entre 2016 y 2020, la tasa de mortalidad de los hombres con este síndrome es del 11,2%, mientras que en las mujeres es del 5,5%. Esto significa que los hombres enfrentan un riesgo significativamente mayor de perder la vida a causa de esta condición.
¿Por qué los hombres son más vulnerables?
Los expertos han identificado algunas posibles razones que explican esta disparidad. Los hombres tienden a recurrir menos a sus redes de apoyo social y emocional cuando enfrentan situaciones estresantes o traumáticas. Esto puede hacer que el factor desencadenante persista y siga dañando el corazón, reduciendo así sus posibilidades de recuperación.
Además, los hombres podrían estar en mayor riesgo de morir y tener peores resultados porque son menos susceptibles al inicio, explica el doctor Ilan Wittstein, cardiólogo de Johns Hopkins Medicine. Esto significa que se necesita un estímulo más intenso para que los hombres desarrollen el síndrome del corazón roto, lo que a su vez aumenta la gravedad de la condición.
Consecuencias devastadoras
El estudio reveló que los pacientes con este síndrome enfrentan una serie de complicaciones potencialmente mortales. El 6,6% murieron por shock cardiogénico, una afección en la que el corazón no puede bombear suficiente sangre. Además, el 35,9% falleció por insuficiencia cardíaca congestiva, el 20,7% por fibrilación auricular, el 5,3% por un accidente cerebrovascular y el 3,4% por paro cardíaco.
Estos datos subrayan la importancia de comprender y abordar adecuadamente el síndrome del corazón roto, especialmente en los hombres, quienes parecen ser más vulnerables a sus efectos devastadores. Tanto los profesionales de la salud como la población en general deben estar atentos a los síntomas y factores de riesgo de esta condición, y promover estrategias efectivas para prevenir y tratar este problema de salud cardíaca.
