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Los Falsos Justicieros: Cómo los

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Los Falsos Justicieros: Cómo los

En las redes sociales, un grupo de jóvenes argentinos se presentaban como los «Caza Violines», autoproclamados justicieros que luchaban contra los abusadores de menores. Sin embargo, detrás de esta fachada de moralidad se escondía una trama cuidadosamente urdida de delitos y violencia.

Fingiendo ser menores, atrapaban a supuestos pedófilos

El modus operandi de este grupo era crear perfiles falsos en redes sociales y aplicaciones de citas, haciéndose pasar por adolescentes. Luego, organizaban encuentros con hombres a quienes acusaban de ser pedófilos, aunque en realidad ellos creyeran estar hablando con una persona adulta. Una vez en el lugar, la mujer del grupo -apodada «La Carnada»- llegaba primero, y luego se unían los tres hombres restantes para emboscar, golpear y torturar a la víctima, todo transmitido en vivo y monetizado.

La Caída de los «Caza Violines»

La impunidad de este grupo llegó a su fin gracias a la denuncia de una de sus víctimas, un ciudadano venezolano de 40 años que fue engañado por la mujer del grupo a través de una aplicación de citas. Según su relato, la mujer le aseguró tener 21 años, pero antes del encuentro le envió mensajes confusos donde mencionaba tener 13 años, una estrategia para luego acusarlo de grooming y justificar la violencia.

Tras la denuncia, la Policía de la Ciudad de Buenos Aires logró interceptar al grupo y detener a los cinco integrantes, entre ellos un menor de 17 años. En los allanamientos, se encontraron armas de aire comprimido, máscaras, municiones, precintos, cámaras y más de 20 teléfonos celulares, herramientas de un «espectáculo de sadismo» que pretendía encubrirse bajo la bandera de la justicia.

¿Justicieros o Torturadores?

Tras la detención de los «Caza Violines», la polarización de opiniones en las redes sociales fue inmediata. Algunos usuarios, seguidores de este tipo de contenido, veían a Maldonado y su grupo como héroes callejeros que hacían lo que el sistema judicial no. Otros, en cambio, denunciaron el uso de la causa como pantalla para el sadismo y el lucro, escondiendo una violencia planificada y la monetización de la humillación.

«En estos casos de justicieros es cierto que algunos delincuentes salen a la luz, pero debido a su metodología y a cómo a menudo hacen tanto alarde, son casos contaminados. Pueden actuar de forma ridícula o agredir a la gente y, digan lo que digan, sus casos rara vez se procesan» – Chris Hansen, presentador original de «To Catch a Predator».

La inspiración de este grupo de «Caza Violines» argentinos provenía de formatos similares en Estados Unidos, donde desde 2023 se han producido más de 170 «cacerías» siguiendo la misma dinámica. Estos videos de tortura son populares en comunidades online que presentan material «hipermasculino» dirigido a jóvenes, y algunos de estos cazadores incluso se ganan la vida con este tipo de contenido.

En resumen, los «Caza Violines» de Argentina no eran más que un grupo de jóvenes que, bajo el pretexto de una cruzada moral, encubrieron una trama de delitos, violencia planificada y lucro a través de la humillación y el sadismo. Su caída pone en evidencia los peligros de la justicia por mano propia y la necesidad de abordar estos casos con la debida cautela y el respeto por el estado de derecho.

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