La Justicia argentina ha confirmado el procesamiento del expresidente Alberto Fernández en una causa por violencia de género contra su expareja, Fabiola Yáñez. Según la resolución de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional, entre 2016 y agosto de 2024, Fernández habría ejercido distintos tipos de violencia física y psicológica contra Yáñez, aprovechando una relación marcada por una notoria desigualdad de poder.
Los jueces Martín Irurzun y Eduardo Farah votaron por confirmar la medida dispuesta anteriormente por el juez federal Julián Ercolini, quien lleva la causa. Según el fallo, se comprobó que en un contexto de violencia de género (…) el imputado (Fernández) se habría aprovechado de la especial situación de vulnerabilidad preexistente al vínculo en la que se encontraba inmersa la nombrada (Yáñez).
Detalles de la acusación
El tribunal dejó al exmandatario a un paso del juicio oral por los delitos de lesiones leves y graves, agravadas por el vínculo y el abuso de poder, además de amenazas coactivas. En la resolución judicial se detallaron episodios de violencia psicológica como acoso, insultos, culpabilización, destrato y hostilidad, así como agresiones físicas reiteradas.
El camarista Irurzun afirmó que se «incluyeron lesiones y otras formas de violencia de género practicadas por quien mantenía una marcada desigualdad de poder con ella, además de un aislamiento forzado» en la residencia presidencial. Por su parte, el juez Farah rechazó el planteo de la defensa del mandatario sobre una supuesta vaguedad en la imputación y señaló que los hechos fueron «descritos pormenorizadamente» desde el inicio de la relación hasta la denuncia formal en agosto de 2024.
Precedente histórico
Con este fallo, Alberto Fernández se convierte en el primer expresidente argentino en enfrentar un procesamiento por violencia de género, y podría enfrentar penas de 3 a 18 años de prisión si es hallado culpable en un eventual juicio oral. Este caso sienta un precedente importante en la lucha contra la violencia de género, incluso entre las más altas esferas del poder político.
La defensa del expresidente, a cargo de Silvina Carreira, había apelado la decisión de Ercolini, sosteniendo que el exjefe de Estado nunca limitó la libertad de Yáñez ni ejerció violencia, e incluso aseguró que él fue quien recibió maltrato. Sin embargo, los jueces consideraron que los hechos fueron debidamente probados y que Fernández abusó de su posición de poder para someter a su expareja.