Paola Hartley, bailarina profesional radicada en Estados Unidos, lleva en la sangre la pasión por la danza que heredó de sus padres, los destacados bailarines chilenos Edgardo Hartley y Elba Rey. Con una trayectoria impresionante, Paola ha dejado su huella en el mundo de la danza, tanto en el escenario como en la enseñanza.
Nacida en Alemania y criada en Chile, Paola creció inmersa en el mundo del ballet y la danza clásica. Sus padres, quienes fallecieron hace algunos años, fueron verdaderos apasionados de este arte, y su legado se ha convertido en la inspiración de Paola para continuar su viaje danzante.
De Chile a Estados Unidos: El Camino de Paola Hartley
Tras sus primeros pasos en la danza en Chile, Paola se embarcó en una aventura que la llevaría a Estados Unidos, donde estudió en una prestigiosa escuela de arte en Carolina del Norte. Allí, bajo la tutela de la destacada bailarina Melissa Hayden, Paola se sumergió en el arte de George Balanchine, el influyente maestro y coreógrafo de ballet estadounidense.
El talento y la dedicación de Paola la llevaron a alcanzar nuevas cimas en su carrera. En 1993, regresó a Chile para unirse al Ballet de Santiago, donde ascendió a la posición de bailarina solista en 1997, un momento que ella describe como «muy especial» en su trayectoria.
Consolidando su Legado en Estados Unidos
Tras su paso por el Ballet de Santiago, Paola se estableció en Estados Unidos, donde se desempeñó como primera bailarina del Ballet Arizona a partir de 1998. Allí, tuvo la oportunidad de estrenar papeles protagónicos y consolidar su carrera como una de las bailarinas más destacadas de la región.
En 2015, Paola se retiró de los escenarios, pero su pasión por la danza no se detuvo. Actualmente, se desempeña como profesora de danza, transmitiendo su conocimiento y experiencia a las nuevas generaciones de bailarines.
Honrando el Legado Familiar: La «Arizona Grand Gala of Stars»
Recientemente, Paola Hartley organizó un evento de gran relevancia en el estado de Arizona: la «Arizona Grand Gala of Stars«. Este evento, planificado y realizado junto al empresario y director de danza chileno Paul Seaquist, buscó integrar a talentos locales con estrellas internacionales, educar al público y posicionar a Arizona en el circuito de la danza mundial.
Según Paola, la idea de este evento surgió de una manera casi mágica, como si sus padres, Edgardo Hartley y Elba Rey, la hubieran inspirado desde el más allá. «Yo te digo que siempre he sentido mucho la presencia de mis padres siempre, desde que fallecieron, y yo creo que ambos se me metieron en la mente, en mi sueño, porque yo al día siguiente amanecí con el nombre de mi compañía y con la intención de la gala«, cuenta la bailarina.
Expandiendo el Legado a Chile
El éxito de la «Arizona Grand Gala of Stars» ha inspirado a Paola Hartley a llevar este proyecto a su país natal, Chile. Ella está convencida de que este tipo de eventos puede ser una plataforma para unir a los mejores talentos de danza de diferentes regiones del país, y así fomentar el desarrollo y la visibilidad de este arte en Chile.
«Está pensado hacerlo en Chile, de hecho porque somos chilenos, queremos expandir esta idea de una colaboración, imagínate que podamos tener a los mejores alumnos de distintas regiones y después que se junten en un teatro, ya sea en la región Metropolitana, o en otra.»
Con la herencia danzante de sus padres como guía, Paola Hartley está decidida a dejar una huella imborrable en el mundo de la danza, tanto en Estados Unidos como en Chile, inspirando y educando a las nuevas generaciones de bailarines.
