El reciente aumento del salario mínimo en Chile, que alcanzó los 510.500 pesos chilenos (aproximadamente 511 dólares estadounidenses), ha colocado a este país entre los líderes de América Latina en términos de ingresos básicos. Sin embargo, ¿cómo se traduce este poder adquisitivo fuera de las fronteras chilenas? Un análisis en Perú nos permite visualizar qué bienes y servicios pueden adquirirse con este monto, equivalente a unos 1.800 soles peruanos, en un país con marcadas diferencias en el costo de vida.
Cubriendo la Canasta Básica Peruana
Con un salario de 510.500 pesos chilenos, un trabajador chileno puede disponer de aproximadamente 1.800 soles peruanos, según el tipo de cambio actual. Este monto es suficiente para cubrir la canasta básica familiar en Perú, estimada en 1.784 soles según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), dejando incluso un pequeño margen para otros gastos.
Al analizar los precios de los alimentos esenciales en Perú, se puede entender mejor el alcance del sueldo chileno. Con 1.800 soles, es posible adquirir una canasta básica que incluye:
- Arroz: Un saco de 50 kilogramos cuesta aproximadamente 220 soles.
- Pollo fresco: El precio promedio por kilogramo es de 9 soles, lo que equivale a 200 soles por 22 kilogramos.
- Leche: Cada tarro cuesta 4 soles, permitiendo comprar 450 tarros con el monto mencionado.
- Frutas y verduras: El gasto mensual promedio para una familia en este rubro es de 300 soles.
En resumen, un salario mínimo chileno cubriría alimentos básicos para más de un mes en una familia promedio peruana, algo que logra con dificultad el salario mínimo local de 1.130 soles.
Vivienda, Educación y Salud
Más allá de la canasta básica, el salario mínimo chileno también ofrece un margen cómodo para cubrir otros gastos en Perú. Por ejemplo, el alquiler de un departamento en zonas populares de Lima varía entre 800 y 1.200 soles, lo que puede ser cubierto con el sueldo chileno y aún dejar espacio para otros rubros.
En cuanto a la educación, el sistema peruano tiene una amplia oferta privada con costos que pueden alcanzar los 1.200 soles mensuales en colegios de nivel medio-alto. Las universidades privadas, por su parte, tienen matrículas que oscilan entre 2.000 y 4.000 soles por semestre, lo que excede el sueldo mínimo chileno convertido.
En el ámbito de la salud, una consulta médica privada en clínicas importantes cuesta entre 150 y 300 soles, mientras que los medicamentos esenciales para tratamientos comunes promedian los 200 soles. El salario mínimo chileno permite costear varios de estos servicios, mostrando una ventaja en comparación con los ingresos locales.
Ocio y Entretenimiento
El salario mínimo chileno también ofrece diversas posibilidades en el ámbito del entretenimiento en Perú. Por ejemplo, es posible asistir a una experiencia de maridaje en el reconocido restaurante Maido, cuyo precio por comensal supera los 1.200 soles. Incluso alcanzaría para adquirir una sola entrada en zona occidente central en el próximo partido entre Universitario de Deportes y el Inter Miami de Lionel Messi, cuyo precio supera los 1.700 soles.
En el sector tecnológico, con este monto se puede comprar un iPhone 12 Pro seminuevo, un televisor Ultra HD de 65 pulgadas o incluso una PC gamer básica, productos que en Chile suelen tener precios significativamente más altos debido a impuestos de importación y menor oferta local.
Comparación Regional
Aunque el salario mínimo chileno convertido a soles ofrece un margen cómodo para adquirir bienes y servicios en Perú, no sucede lo mismo al comparar con países como Costa Rica, cuyo salario mínimo es de 675 dólares y permite un mayor poder adquisitivo en bienes importados o de alta gama.
Por otro lado, en Argentina, el salario mínimo no alcanza para cubrir siquiera un tercio de la canasta básica familiar. Según un informe de la Universidad de Buenos Aires, adquirir un par de zapatillas deportivas puede consumir casi el 75% del salario mínimo mensual en ese país.
En México, el sueldo mínimo de 416 dólares es apenas suficiente para cubrir gastos de subsistencia, mientras que en Venezuela, la disparidad es aún mayor, con un salario mínimo de 3,65 dólares, insuficiente incluso para un almuerzo básico en Lima.
Conclusión
El salario mínimo chileno, convertido a soles peruanos, ofrece un poder adquisitivo significativo en comparación con otros países de la región. Permite cubrir la canasta básica familiar, así como gastos en vivienda, educación y salud, dejando incluso margen para el ocio y el entretenimiento. Sin embargo, aún queda rezagado frente a economías como la de Costa Rica, que mantiene un ingreso mínimo más alto. Este análisis comparativo resalta la importancia de considerar el costo de vida local al evaluar el impacto de los salarios mínimos en la región.