¡Descubre cómo el estrés está afectando tu memoria y concentración!

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    ¡Adiós a la mente despistada: Cómo el estrés afecta tu memoria y concentración!

    En un mundo que exige cada vez más de nosotros, el estrés se ha convertido en un compañero indeseado pero cada vez más habitual. Con presiones laborales, compromisos sociales y la incesante demanda de estar siempre conectados, nuestra mente se encuentra ante un desafío constante. Pero, ¿qué ocurre cuando este agobio mental se apodera de nosotros? Más allá de la simple sensación de agotamiento, el estrés puede insidiosamente alterar nuestras capacidades cognitivas más fundamentales: la memoria y la concentración.

    ¿Estrés? ¡Mucho más que preocupación y cansancio!

    Muchas personas tienden a minimizar el estrés, considerándolo simplemente como preocupación o cansancio. Sin embargo, este problema afecta la salud mental de manera mucho más alarmante. Según el experto Ítalo Tassara, docente y psicólogo con máster en la Universidad de Barcelona, el estrés mata y es un factor tremendamente nocivo que va carcomiendo el organismo.

    Las devastadoras consecuencias del estrés crónico

    Tassara profundiza en cómo el estrés repercute en nuestro organismo:

    • Ansiedad y depresión: la mente sobrecargada provoca sentimientos de preocupación, tristeza y desesperanza.
    • Falta de concentración y memoria a corto plazo: el individuo olvida cosas cotidianas, ya que su mente divaga en tantas otras situaciones que debe resolver.
    • Agotamiento emocional: la persona se siente cansada, desmotivada y con menos energía vital.
    • Problemas de sueño: el estrés crónico produce insomnio y otros trastornos del sueño.
    • Cambios de humor repentinos: el individuo puede pasar de una emoción a otra abruptamente, volviéndose más irritable y/o melancólico.
    • Baja autoestima: las personas estresadas pueden volverse excesivamente autocríticas, perdiendo confianza en sí mismas.
    • Aislamiento social: el individuo quiere entrar en un ostracismo, alejándose de actividades y personas.

    ¿Quiénes son los más propensos al estrés crónico?

    Según Tassara, los individuos que ejercen labores relacionadas a situaciones de emergencia o que se dedican al cuidado de otras personas, son los principales candidatos a vivir bajo una tensión mental agobiante. Además, los estudiantes que pasan por periodos de sobrecarga académica también suelen verse afectados.

    El experto también señala que las mujeres están sometidas a una mayor presión, ya que deben realizar múltiples tareas, tanto profesionales como familiares. Incluso, crecer profesionalmente implica un mayor esfuerzo para ellas, lo que suele estresar mucho más.

    ¿Realmente funcionamos mejor bajo presión?

    Si bien Tassara explica que, en algunas ocasiones, cierto grado de estrés puede servir de motivación e impulso, siempre es importante mantenerse dentro de rangos normales y controlables. Aclimatarse al estrés crónico y solo funcionar bajo presión, podría traer graves consecuencias.

    El estrés no solo afecta la memoria a corto plazo, sino también a largo plazo, dificultando la capacidad de las personas de evocar recuerdos del pasado. Esto se debe a que el estrés puede dañar significativamente el hipocampo, la región del cerebro donde se almacenan los recuerdos.

    Combatir el estrés para recuperar la memoria y concentración

    Para reforzar estas funciones cerebrales, es fundamental mitigar el estrés. Tassara recalca que lo principal es enfocarse en todo lo que tenga que ver con relajación, como caminatas en el bosque, actividades relacionadas a la meditación, ejercicios de respiración, baños termales, entre otras acciones, además del ejercicio físico.

    La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda al menos 150 minutos de actividad física a la semana, ya que esto hace que bajen los niveles de cortisol (la hormona del estrés) y permite que surjan la serotonina, dopamina y endorfinas, lo que ayudará a la persona a sentirse más relajada.

    Además, el descanso adecuado y el apoyo social son sumamente importantes para mantener nuestra salud mental. Buscar apoyo emocional y hablar de nuestros problemas, ya sea con amigos, familiares o incluso con un profesional, va más allá del mero hecho de sentirnos bien, ya que permite identificar lo negativo y cuidarnos de consecuencias como la falta de memoria y concentración.

    Conclusión

    El estrés es un enemigo silencioso que está afectando nuestras capacidades cognitivas más fundamentales: la memoria y la concentración. Pero no tienes que resignarte a vivir con una mente despistada y distraída. Implementa estrategias de relajación, ejercicio físico y apoyo social para combatir este problema y recuperar el control de tu mente. ¡Tú puedes vencer al estrés y recuperar tu memoria y concentración!

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