Cómo la Inflación Está Transformando los Hábitos de Consumo y Alimentación en Chile
La inflación mundial pospandemia ha tenido un impacto significativo en los hábitos de consumo y alimentación de las familias chilenas. Según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), la inflación en 2022 se situó en una media de 8,7%, mientras que en 2023 marcó 6,8%, y se espera que continúe descendiendo hasta alcanzar alrededor del 5,9% este año. En Chile, la situación ha sido similar, con una inflación que ascendió a un histórico 12,8% en 2022, bajando a 3,9% en 2023 y con una tendencia a seguir disminuyendo en los próximos años.
Aunque la economía se está comenzando a regularizar, la realidad es que a nivel doméstico, esta situación inflacionaria ha impactado con fuerza los hábitos de compra e, incluso, de alimentación de las familias. De hecho, según el estudio Consumer Insight Q4 realizado por Kantar Worldpanel, en Chile se evidenció una reducción en el gasto de los hogares dedicado a compras de alimentos, pasando de un 49,3% de las compras en el tercer trimestre, a 47,7% en el cuarto.
Marlis Riedel, New Business Manager de Kantar Worldpanel, explica que esto se debe a que en este periodo también se evidenció un incremento significativo en los precios de los alimentos, lo que podría haber impactado en la percepción de los consumidores sobre la inflación. De hecho, el 81% de los chilenos encuestados percibieron un aumento en los precios de los alimentos, lo que indica una mayor sensibilidad en este aspecto.
Riedel aclara que el incremento en los precios promedio de la canasta de alimentos provocó una disminución en la participación de esta categoría en el gasto de los hogares, lo que indica que los consumidores podrían estar reduciendo su consumo de alimentos o buscando opciones más económicas en otras áreas.
Cómo el Mercado Está Reaccionando a la Inflación
Los análisis de Kantar dan cuenta de que en este periodo se evidenció una preferencia por productos de menor tamaño en los hogares, lo que sugiere que los consumidores podrían estar ajustando sus compras para optimizar su presupuesto y reducir el desperdicio.
Rodrigo Ramírez, Country Manager de Cheaf, expresa que este momento económico nos ha enseñado a los consumidores a cuidar más nuestros recursos y a tener un consumo responsable, pero también ha empujado a las empresas a ofrecer más soluciones que se ajusten a este escenario.
Marlis Riedel coincide con lo anterior y añade que en los últimos años, los comercios se han visto obligados a encontrar un equilibrio entre mantener la rentabilidad de sus operaciones y asegurar la fidelidad de sus clientes. Esto implica implementar estrategias eficientes de gestión de costos, optimización de procesos y negociación con proveedores para mitigar el impacto de los aumentos de precios en sus márgenes de ganancia.
El Impacto de la Crisis Climática
Según Rodrigo Ramírez, la crisis climática está teniendo cada vez más incidencia en nuestras vidas, y ejemplo de ello es que los recursos que se usan para producir nuestros alimentos están siendo cada vez más escasos, generando un incremento de precios y limitando el acceso para segmentos importantes de la población.
Ramírez argumenta que lo peor es que esta tendencia sólo irá en aumento, por lo que debemos tomar esta coyuntura económica y aprender cómo podemos sacarle el mayor provecho a cada producto adquirido, organizar mejor nuestras compras y gestionar la abundancia de estas cuando eso ocurra. Además, agrega que los comercios tienen una oportunidad dorada para poder entender estos cambios, abrazar nuevos modelos que les permitan ponerse en sintonía con esta realidad y acercarse a sus clientes con soluciones que respondan a sus necesidades y las del planeta.
Conclusión
La inflación pospandemia ha transformado drásticamente los hábitos de consumo y alimentación de las familias chilenas, obligándolas a ajustar sus patrones de compra y buscar opciones más económicas. Al mismo tiempo, las empresas se han visto en la necesidad de implementar estrategias para mitigar el impacto de los aumentos de precios y mantener la fidelidad de sus clientes.
Esta coyuntura económica, sumada a la creciente crisis climática, representa tanto un desafío como una oportunidad para que tanto consumidores como empresas adopten un enfoque más responsable y sostenible en sus hábitos de consumo y producción. Sólo así podremos hacer frente a los retos que se avecinan y construir un futuro más resiliente y equitativo para todos.