¡Descubre la verdad sobre las esponjas de baño y los gérmenes!

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    ¿Son las esponjas de baño un caldo de cultivo de gérmenes?

    Junto al jabón, shampoo y acondicionador, es común encontrar esponjas de baño en las duchas de las casas, un elemento indispensable para muchas personas. Sin embargo, ¿es realmente necesaria la esponja o puede incluso llegar a ser perjudicial para la piel?

    Las teorías sobre si utilizarlas o no son variadas, al igual que las opiniones de expertos. Según la revista Journal of Clinical Microbiology, las esponjas de ducha son una fuente de gérmenes que pueden provocar enfermedades.

    ¿Por qué las esponjas de baño pueden ser perjudiciales?

    Las bacterias y células muertas que la esponja retira quedan impregnadas en dicho elemento, lo que empeora si se deja colgada y mojada en el baño, o en un soporte donde hay agua acumulada. Los lugares húmedos, al calentarse como ocurre en la ducha, se convierten en un caldo de cultivo de gérmenes que se impregnan en la esponja. De hecho, gérmenes como el Staphylococcus se van acumulando y se adueñan de la esponja.

    Mayo Clínic consigna que “este tipo de gérmenes suelen encontrarse en la piel o en la nariz de muchas personas sanas. La mayoría de las veces, estas bacterias no provocan problemas o causan infecciones cutáneas relativamente menores”, pero que “pueden volverse mortales si las bacterias invaden el organismo e ingresan en el torrente sanguíneo, las articulaciones, los huesos, los pulmones o el corazón”.

    ¿Deberíamos dejar de usar las esponjas de baño?

    Si bien las esponjas de baño pueden ser perjudiciales, no es necesario desecharlas por completo. Sin embargo, es importante seguir ciertas recomendaciones para utilizarlas de manera segura.

    Por ejemplo, el reconocido jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, Eduardo López-Bran, sugiere que al ducharnos, podemos aplicar el jabón con la mano o ayudados de una esponja, siempre y cuando no realicemos demasiada fricción con ella. Además, la esponja debe ser blanda para evitar la irritación de la piel, estar limpia y en buen estado. También se recomienda cambiarla al menos dos veces al mes.

    Conclusión

    En resumen, las esponjas de baño pueden convertirse en un caldo de cultivo de gérmenes si no se utilizan correctamente. Es importante tener en cuenta las recomendaciones de los expertos para evitar posibles infecciones o problemas en la piel. Si decides seguir utilizando una esponja de baño, asegúrate de mantenerla limpia, en buen estado y cambiarla regularmente para garantizar una higiene adecuada.

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