Introducción
La rosácea es un problema bastante frecuente que afecta la piel y no tiene cura, pero puede ser apaciguada con un tratamiento específico. En este artículo, te presentaremos los 2 abordajes esenciales para tratar la rosácea y aliviar los síntomas molestos que puede causar. Además, descubrirás las claves para mejorar tu salud global y recuperar tu piel.
Abordaje global para tratar la rosácea
La Dra. Cristina Eguren, médica dermatóloga, explica que el tratamiento de la rosácea requiere un enfoque global y personalizado. Es importante entender la patología en su conjunto y tratarla tanto a nivel cutáneo como extracutáneo.
Para tratar la rosácea a nivel cutáneo, es necesario controlar la función sebácea incrementada, reducir la inflamación, activar y reforzar la función barrera de la piel, eliminar el Demodex folliculorum y reequilibrar el microbioma cutáneo, y regular la función vascular. Estos tratamientos pueden incluir el uso de medicamentos, terapias láser e IPL, y la introducción de activos específicos en la rutina de cuidado de la piel.
A nivel extracutáneo, es importante valorar la salud digestiva y descartar posibles alteraciones gastrointestinales que puedan estar relacionadas con la rosácea. Esto puede implicar realizar cambios en la dieta, suplementación adecuada y tratamiento con antibióticos en casos específicos.
Abordaje personalizado para tratar la rosácea
Además del abordaje global, es fundamental personalizar el tratamiento de la rosácea según las circunstancias y preferencias del paciente. Cada persona puede responder de manera diferente a los tratamientos, por lo que es importante adaptar las recomendaciones a su estado de la patología.
La Dra. Eguren sugiere ajustar hábitos y estilos de vida, controlar el estrés a través de actividades como el deporte, la meditación y el yoga, y valorar el uso de adaptógenos. Estos cambios en el estilo de vida pueden tener un impacto positivo en la salud global y ayudar a mejorar los síntomas de la rosácea.
Conclusión
La rosácea es una enfermedad sistémica que requiere un abordaje integral para su tratamiento. Es importante tratar la patología tanto a nivel cutáneo como extracutáneo, y personalizar el tratamiento según las necesidades de cada paciente. Además, realizar cambios en el estilo de vida y controlar el estrés pueden ser beneficiosos para mejorar la salud global y recuperar la piel afectada por la rosácea.
Recuerda consultar siempre a un dermatólogo para obtener un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado para tu caso específico de rosácea.