Introducción
La elusión fiscal es un tema controvertido que ha generado debates acalorados en el ámbito económico y político. Muchas veces se asocia con la evasión y el abuso del derecho, pero ¿es realmente toda elusión fiscal perjudicial? En este artículo, exploraremos esta cuestión y descubriremos por qué no toda elusión es mala.
El abuso del derecho y la simulación
Es importante diferenciar entre el abuso del derecho, la simulación y la elusión fiscal. El abuso del derecho y la simulación implican acciones ilegales y fraudulentas que socavan la integridad de la economía y el contrato social. Estas prácticas consisten en ejecutar negocios jurídicos sin generar resultados o efectos jurídicos o económicos relevantes, con el único propósito de obtener beneficios fiscales.
Por otro lado, la elusión fiscal se refiere a la ejecución de actos o la celebración de contratos que, si bien generan efectos tributarios, lo hacen de manera reducida o diferida en el tiempo, de acuerdo con la normativa tributaria establecida. En este sentido, la elusión fiscal no implica necesariamente evasión o acciones ilegales.
Competencia fiscal y beneficios fiscales
En un entorno económico globalizado, la competencia fiscal entre los países es dinámica y evoluciona constantemente. Muchos gobiernos ofrecen incentivos y beneficios fiscales a los inversionistas extranjeros para que reestructuren sus negocios y radiquen sus capitales y operaciones en su territorio.
Estos países reconocen que tanto las empresas e individuos que no emigran como aquellos que aceptan movilizar sus capitales a sus fronteras contribuyen a la disminución de la tasa de desempleo, al crecimiento económico y al aumento de la recaudación. Bajo este modelo de incentivo, la elusión fiscal resulta innecesaria.
Responsabilidad fiscal y transparencia
Es responsabilidad de cada Estado estructurar su propio sistema fiscal y conservar a quienes generan la riqueza. La transparencia y la responsabilidad fiscal son prácticas fundamentales, pero no son suficientes para lograr la diferencia.
Un sistema fiscal justo debe premiar al emprendedor, castigar al informal y combatir la evasión y el abuso del derecho. Esto se logra a través de una institucionalidad estable y un sistema fiscal simple y justo.
Conclusión
En conclusión, no toda elusión fiscal es mala. Es importante diferenciar entre el abuso del derecho y la simulación, que son prácticas ilegales y fraudulentas, y la elusión fiscal, que puede ser una estrategia legítima para obtener beneficios fiscales dentro de los límites establecidos por la normativa tributaria.
En un entorno económico globalizado, la competencia fiscal entre los países es una realidad, y muchos gobiernos ofrecen incentivos fiscales para atraer inversionistas extranjeros. Es responsabilidad de cada Estado estructurar un sistema fiscal justo que premie al emprendedor, castigue al informal y combata la evasión y el abuso del derecho.
Referencias:
– Normativa tributaria de cada país
– Estudios sobre competencia fiscal
– Políticas fiscales de países como Países Bajos, Hong Kong, Suiza e Irlanda