¡Necesitamos un defensor para protegernos de los males sociales!

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Introducción

A pesar de que pueda parecer repetitivo, es fundamental destacar la necesidad de crear una Defensoría del Ciudadano para enfrentar los males que nos afectan como sociedad. Desafortunadamente, el tiempo ha demostrado que no contamos con una institución que nos defienda de manera coordinada y estructural.

En este artículo, exploraremos la importancia de establecer una Defensoría del Ciudadano, sus funciones y cómo podría intervenir en casos de corrupción, violencia y violación de derechos humanos.

La importancia de una Defensoría del Ciudadano

Si bien existe la Contraloría, encargada de controlar los actos de la administración, su control es limitado y formal. Además, el control político suele ser sesgado, parcial e ideológico. Por lo tanto, necesitamos una institución que vaya más allá y represente los intereses de la sociedad en instancias políticas y judiciales.

Las Defensorías del Pueblo, también conocidas como Ombudsman, son instituciones estatales que supervisan y controlan el ejercicio de las funciones administrativas públicas. Su misión principal es promover, proteger y garantizar los derechos y libertades establecidos en la Constitución y la ley.

Funciones de la Defensoría del Ciudadano

La Defensoría del Ciudadano actuaría ante fallas en la prestación de servicios públicos y el incumplimiento de deberes legales. Además, intervendría en casos de violación de derechos humanos por parte de individuos que recurren a la violencia para imponer su agenda política.

A diferencia de otros modelos de Defensorías del Pueblo, proponemos que esta institución tenga la facultad de representar al colectivo social en instancias políticas y judiciales. De esta manera, podría perseguir la responsabilidad material e ideológica de aquellos que han causado daño a nuestra sociedad.

La intervención de la Defensoría del Ciudadano

Si la Defensoría del Ciudadano existiera, habría intervenido en casos de colusión de privados, compromiso de la fe pública y malversación de fondos públicos. Además, habría perseguido a aquellos que han causado daños durante manifestaciones violentas, como los recientes actos de vandalismo en el Metro.

Esta institución recibiría denuncias en cualquier formato, recopilaría información de los actores del Estado, la procesaría y tomaría acciones civiles y penales para restablecer el imperio del Derecho y compensar los daños causados.

La importancia de la fuerza del Estado

En una sociedad democrática y de Derecho, es fundamental que los poderes del Estado actúen con fuerza ante actos de violencia y desorden. La policía, como brazo del orden y la paz interna, está facultada para aplicar la fuerza de manera legítima a aquellos que no se sometan voluntariamente a las reglas establecidas.

Es necesario que los políticos no intenten reinventar la rueda, sino que repliquen las fórmulas utilizadas por sociedades más avanzadas y consolidadas para enfrentar estos problemas.

Conclusión

En resumen, la creación de una Defensoría del Ciudadano es urgente para protegernos de los males que afectan a nuestra sociedad. Esta institución actuaría de manera coordinada y estructural para enfrentar casos de corrupción, violencia y violación de derechos humanos.

Esperamos que las autoridades tomen en cuenta esta propuesta y trabajen en la implementación de una Defensoría del Ciudadano que represente los intereses de todos los ciudadanos.

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