Kia Chile Condenada a Pagar $300 Millones por Falla de Seguridad Mortal
En una decisión que sacude la industria automotriz, el 23° Juzgado Civil de Santiago ha condenado a la empresa Kia Chile S.A. a pagar una indemnización total de $300 millones por concepto de daño moral. Esta sentencia se produce a raíz de un trágico accidente de tránsito ocurrido en Castro, donde los airbags (bolsas frontales de seguridad) del vehículo Kia Río 5, año 2016, vendido por la compañía demandada, no se activaron como deberían, provocando la muerte del conductor.
Una Falla Mortal en el Sistema de Seguridad
El accidente tuvo lugar el 5 de agosto de 2018, cuando el vehículo Kia Río 5 participó en un siniestro automovilístico en la ciudad de Castro, en la región de Los Lagos. Lamentablemente, el conductor del automóvil, Felipe Ruíz, falleció a causa de las graves lesiones sufridas. Según el Servicio Médico Legal de Castro, la causa de la muerte del joven fue politraumatismo músculo esquelético y visceral.
En el fallo, la magistrada Katherine Campbell estableció la responsabilidad extracontractual de la empresa Kia Chile por la falla en el sistema de seguridad del vehículo, lo cual quedó demostrado tras un peritaje privado realizado a la máquina.
Una Indemnización Histórica
La sentencia judicial obliga a Kia Chile S.A. a pagar una indemnización total de $300 millones a los padres de Felipe Ruíz, la víctima fatal del accidente. Esta cifra record representa un duro golpe para la compañía automotriz, que deberá asumir las consecuencias de la falla de seguridad en su producto.
Un Llamado a la Responsabilidad
Este caso pone de manifiesto la importancia de la seguridad vehicular y la responsabilidad que tienen las empresas automotrices de garantizar el correcto funcionamiento de los sistemas de protección en sus vehículos. La sentencia contra Kia Chile envía un mensaje claro a la industria: La seguridad de los conductores y pasajeros debe ser la máxima prioridad, y cualquier falla que ponga en riesgo vidas humanas tendrá graves consecuencias
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Conclusión: Lecciones Aprendidas
Este trágico suceso debe servir como un llamado de atención a la industria automotriz y a los consumidores. Las empresas deben priorizar la seguridad en el diseño y fabricación de sus vehículos, mientras que los compradores deben exigir altos estándares de calidad y protección. Solo así podremos evitar que se repitan lamentables tragedias como la que sufrió la familia de Felipe Ruíz.