Carabinero Disparó a Manifestante y Causó Pérdida de Visión: ¿Justicia o Impunidad?
En medio del estallido social que sacudió a Chile, un hecho que conmocionó a la nación tuvo lugar en Temuco, región de La Araucanía. Un carabinero disparó a un manifestante, causándole la pérdida de visión en uno de sus ojos. Ahora, la sentencia dictada por el tribunal ha generado un intenso debate sobre si se hizo justicia o si, por el contrario, se trata de un caso de impunidad.
Los Hechos: Un Disparo que Cambió una Vida
El 22 de octubre de 2019, en el contexto de las masivas protestas que sacudían al país, un carabinero identificado como Juan Felipe González Ganga disparó una escopeta antimotines desde el interior de un carro lanza-agua. El proyectil impactó en el rostro de un joven de 29 años, causándole la pérdida de visión en uno de sus ojos.
Tras un segundo juicio, el Tribunal Oral en Lo Penal de Temuco declaró culpable al suboficial de Carabineros por el delito de apremios ilegítimos con resultado de lesiones graves gravísimas. Sin embargo, la sentencia dictada fue de cuatro años y un día de presidio, una pena que ha sido ampliamente criticada por considerarse demasiado baja.
La Reacción de las Partes: Voces Encontradas
El abogado de la víctima, Sebastián Saavedra, lamentó la baja pena aplicada al uniformado. Según el jurista, los jueces rebajaron la condena a pesar de que, en abstracto, la pena podría haber llegado hasta los 15 años de presidio.
Por el contrario, la abogada Mariana Méndez, del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) Araucanía, se mostró conforme con la determinación del tribunal, a casi 5 años del hecho. La sentencia fue dictada tras un segundo juicio, luego de que la Corte de Apelaciones de Temuco anulara el primer juicio que había absuelto al carabinero.
Conclusión: ¿Justicia o Impunidad?
Este caso ha generado un intenso debate sobre si la sentencia dictada fue justa o si se trata de un caso de impunidad. Mientras algunos consideran que la pena es demasiado baja, otros argumentan que el proceso judicial se desarrolló de manera adecuada. Lo que es claro es que este hecho ha dejado una profunda huella en la sociedad chilena, y que la búsqueda de la justicia y la rendición de cuentas sigue siendo un desafío pendiente.
Queda por ver si este caso servirá como un llamado a la reflexión sobre la necesidad de garantizar la protección de los derechos humanos y de asegurar que la violencia policial sea sancionada de manera proporcional y justa.