La farsa de Jumbot: desmontando realidades en la era de la desinformaciĆ³n
SucediĆ³ en Argentina. Jumbot (@Bot_Jumbo) es una cuenta en la red social X (ex Twitter) creada en marzo pasado que asegura en su descripciĆ³n que mide la variaciĆ³n diaria de precios de la canasta bĆ”sica tomando los precios de Jumbo Online en Argentina. Para un paĆs afectado por altos niveles de inflaciĆ³n un servicio como Ć©ste es de alta utilidad y, quizĆ”s por eso, rĆ”pidamente creciĆ³ en nĆŗmero de seguidores llegando a tener sobre 14 mil en pocas semanas.
Pero todo era mentira. Jumbot no mide las variaciones de nada. Todos los datos son inventados o, como dijeron sus autores, son un āexperimento socialā. La verdad es que se trata de una joda, no una para Tinelli, sino para Milei que cayĆ³ redondo y apoyĆ”ndose en los ādatosā de Jumbot planteĆ³ en una reciente entrevista que de aquĆ a octubre la situaciĆ³n inflacionaria argentina estarĆa controlada. Como era de esperar, apenas se supo la verdad volaron los memes y las burlas a la autoridad trasandina por haber caĆdo presa de la desinformaciĆ³n de Jumbot.
La era de la desinformaciĆ³n
El episodio podrĆa ser uno mĆ”s de los tantos que muestran los peligros de la āera de la desinformaciĆ³nā, pero la realidad, pienso, es aĆŗn mĆ”s desafiante que eso porque incluso cuando el dato real parece ser que la inflaciĆ³n sigue aumentando (de acuerdo a las estimaciones de algunas consultoras econĆ³micas reconocidas en el mercado argentino los precios en marzo habrĆan subido sobre un 12%), lo cierto es que saberlo no cambiarĆ” las decisiones del presidente trasandino porque para Ć©l lo relevante es que Jumbot confirmaba sus sesgos y expectativas (aunque todo fuera un invento).
Si simplemente vivimos en una Ć©poca de desinformaciĆ³n, la cruda realidad harĆ” su trabajo y tarde o temprano le pasarĆ” la factura a Milei si la inflaciĆ³n finalmente no baja. Y la lecciĆ³n serĆa aprendida. Ćl se verĆa compelido a sospechar de cada nueva pieza de informaciĆ³n y, por ende, tratarĆa de confirmarla por diversos medios antes de tomar decisiones en base a ella.
Pero la presencia de sesgos de confirmaciĆ³n introduce una capa adicional de complejidad y lleva a una conclusiĆ³n perturbadora: la desinformaciĆ³n, al alimentar los sesgos de confirmaciĆ³n, puede no solo persistir sino tambiĆ©n remodelar la realidad en funciĆ³n de las expectativas compartidas. En nuestra Ć©poca, este fenĆ³meno adquiere una escala global y una capacidad de influencia sin precedentes, gracias a la velocidad y el alcance de las redes sociales y otras plataformas digitales.
El dilema del individuo racional
La realidad, lejos de ser un referente inmutable, se convierte en un constructo maleable, sujeto a las fluctuaciones de la percepciĆ³n colectiva. Esto plantea un dilema crucial para el individuo racional: ĀæDebe aferrarse a la informaciĆ³n fidedigna o debe adaptarse a un mundo donde las falsedades pueden, paradĆ³jicamente, generar nuevas realidades?