En la era de las redes sociales, una buena selfie no depende solo del ángulo o del filtro. Con el Galaxy Z Flip7, Samsung lleva los autorretratos a otro nivel gracias a tres elementos clave: una pantalla de cubierta de 4,1 pulgadas para verse antes del disparo, una cámara principal de 50 MP con estabilización óptica (OIS) y el Flex Mode, que convierte cualquier superficie en un trípode de bolsillo. El resultado: selfies con más detalle, encuadres favorecedores y poses espontáneas sin necesidad de accesorios extra ni aplicaciones de edición.
Tu foto, con la mejor calidad
Con el Galaxy Z Flip7 cerrado, basta con abrir la app de cámara y encuadrarse en la pantalla externa. La vista previa permite ajustar tu pose, para verte siempre bien y ajusta luz y el ángulo antes de capturar. Pero lo más importante es que, al usar la cámara trasera de 50 MP con estabilización óptica, capturas los colores más nítidos, evitas fotos borrosas y puedes desenfocar el fondo. Activar el gesto de palma o un temporizador corto (2 o 3 segundos) ayuda a evitar la vibración del disparo, logrando una imagen más limpia. Y para un encuadre ganador, se recomienda ubicar los ojos cerca del tercio superior de la pantalla y dejar espacio libre por encima de la cabeza. Si hay sol, colocarlo de lado suaviza sombras y aporta volumen al rostro.
Distancia y mirada: cómo evitar la distorsión
Aunque el Galaxy Z Flip7 no incluye un lente telefoto, eso no impide lograr retratos más favorecedores. El truco está en alejarse ligeramente del teléfono –unos 50 o 70 cm– y encuadrar con calma. Si es necesario acercar, el zoom 2x digital o un recorte posterior funcionarán sin perder calidad, gracias a los 50 megapíxeles de resolución. Girar el rostro 15 a 30 grados, bajar ligeramente el mentón y relajar los hombros ayuda a evitar rigidez. En modo Retrato, el desenfoque de fondo debe ser moderado para mantener naturalidad. Tocar para enfocar en los ojos y activar las guías de encuadre aseguran una imagen equilibrada, con el horizonte bien alineado.
Flex Mode: manos libres, poses mejores
El Flex Mode del Galaxy Z Flip7 permite colocar el teléfono semi plegado sobre cualquier superficie plana –una mesa, un banco, una mochila– y capturar sin tocar el equipo. Activar el temporizador o usar comandos por voz como «sonríe» o «capturar» libera al usuario para explorar otras poses, desde cuerpo completo hasta selfies grupales. Para retratos más naturales, se sugiere avanzar un pie, inclinar ligeramente el cuerpo o dirigir la mirada hacia el hombro. En fotos grupales, elevar el teléfono con algunos libros y orientar la pantalla externa hacia el grupo garantiza que todos se vean antes del disparo. En escena nocturna, la clave es buscar sombra abierta y aprovechar una luz lateral suave, como la de una vitrina o poste, para mantener tonos de piel parejos.
Más allá del disparo: edición sutil y visión clara
Antes de compartir, una revisión rápida mejora el resultado. Enderezar el horizonte y recortar bordes irregulares limpia la composición. Ajustar exposición y contraste con suavidad ayuda a evitar zonas sobreexpuestas. Para un color natural, es recomendable corregir dominantes cálidas o frías que afecten cielos y tonos de piel. Un toque de nitidez en ojos y cejas basta; evitar el efecto «plástico» es clave para mantener realismo. La experiencia mejora aún más con las herramientas de Galaxy AI, como el Borrado inteligente, que elimina elementos que distraen, y el Reencuadre, que optimiza la composición sin repetir la toma. La revisión final, además, se hace a lo grande. La pantalla principal del Flip7, de 6,9″ y 120 Hz, permite ver a tamaño completo cada detalle antes de publicar. Si se ve bien allí, se verá bien en cualquier feed.
El Galaxy Z Flip7 convierte una selfie común en un retrato con intención. Te ves mejor, compones mejor y capturas con más libertad. Es tecnología pensada para expresarte sin esfuerzo.
