La situación en Gaza es devastadora, a pesar de los esfuerzos del embajador israelí por cuestionar la validez de los informes internacionales que denuncian una hambruna masiva. Los hechos son claros: el último informe de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (IPC), fechado el 22 de agosto de 2025, confirma la existencia de una hambruna en toda la gobernación de Gaza, con una expansión prevista a otras áreas durante el mes de septiembre.
Contrario a las afirmaciones del embajador, la publicación del IPC no niega la hambruna, sino que valida de manera sólida y científica los estándares internacionales para declarar una situación de hambruna. Esto incluye el uso de protocolos específicos y herramientas ampliamente consensuadas en su construcción, evidencia, responsabilidad, transparencia y comparabilidad.
Las Políticas Israelíes como Causa de la Catástrofe Humanitaria
La realidad es que esta hambruna y catástrofe humanitaria son consecuencia directa de las acciones del gobierno de Israel. Estas incluyen incesantes bombardeos, dolorosos y continuos desplazamientos de la población, restricciones geográficas impuestas por las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF), y un bloqueo deliberado a la entrada de toda clase de ayuda humanitaria desde el 2 de marzo de este año.
Resulta preocupante que el embajador omita señalar que el uso del hambre como arma de guerra constituye un acto de genocidio, conforme al numeral 3 de la Convención Internacional de Prevención y Sanción del Delito de Genocidio de 1948, ya que implica «privar a la población civil de los suministros básicos para la sobrevivencia y evitar la muerte por inanición».
Responsabilidad Internacional y Llamado a la Acción
Es imperativo que la comunidad internacional exija al gobierno de Israel que ponga fin a sus políticas que han provocado el colapso de los sistemas de salud y nutrición en Gaza, y que permita el ingreso urgente de ayuda humanitaria para evitar una mayor tragedia.
Asimismo, se insta al embajador israelí a mostrar condolencias por las más de 68.000 víctimas civiles, en su mayoría mujeres y niños, asesinadas por su gobierno. Su primer ministro ha sido imputado por la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra y lesa humanidad, siendo considerado «prófugo de la Justicia Internacional por la comisión del delito más abominable: el delito de genocidio».
Es hora de que la comunidad internacional actúe con urgencia y determinación para poner fin a esta crisis humanitaria en Gaza, y que se haga justicia por las víctimas inocentes de esta tragedia.