El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmará este viernes una orden ejecutiva para cambiar el nombre del Departamento de Defensa por el de «Departamento de Guerra», revirtiendo a la denominación original de la agencia militar estadounidense.
Según informó Fox News, la orden ejecutiva instruirá al actual secretario de Defensa, Pete Hegseth, a asumir el título de «secretario de Guerra» y a realizar las gestiones legislativas necesarias para que el cambio de nombre se implemente de forma permanente.
Esta decisión se enmarca en la visión de Trump de que Estados Unidos obtuvo mejores resultados cuando la institución se llamaba «Departamento de Guerra», en lugar del actual «Departamento de Defensa». «Sabes, lo llamamos el Departamento de Defensa, pero entre nosotros, creo que vamos a cambiar el nombre (…) Ganamos la Primera Guerra Mundial, la Segunda Guerra Mundial y se llamaba el Departamento de Guerra. Y para mí, eso es realmente lo que es», declaró el mandatario la semana pasada.
Un cambio con implicaciones más allá de lo simbólico
El Departamento de Guerra fue el nombre oficial de la institución militar estadounidense hasta 1947, cuando se reformó y pasó a llamarse Departamento de Defensa como parte de una estrategia más diplomática durante la Guerra Fría. Este cambio de nomenclatura buscaba proyectar una imagen menos agresiva y más defensiva de las Fuerzas Armadas estadounidenses.
Sin embargo, para Trump, el nombre «Departamento de Guerra» refleja mejor la naturaleza y el propósito de la institución. Desde su perspectiva, este cambio no sería meramente simbólico, sino que podría tener implicaciones más profundas en la forma en que se concibe y se comunica el papel de las Fuerzas Armadas estadounidenses a nivel nacional e internacional.
Reacciones encontradas
La noticia ha generado reacciones encontradas entre expertos y analistas. Algunos consideran que el cambio de nombre podría enviar un mensaje más belicoso y menos diplomático, mientras que otros argumentan que simplemente se trata de una vuelta a los orígenes de la institución.
En cualquier caso, el decreto que firmará Trump este viernes conllevará una serie de modificaciones administrativas, incluidas en las páginas web del departamento y en sus redes sociales oficiales, algunas de las cuales requerirían la aprobación del Congreso.
Queda por ver si este cambio de nombre tendrá un impacto real en la estrategia y el funcionamiento del Pentágono, o si se limitará a una transformación meramente simbólica. Lo que sí parece claro es que la decisión de Trump generará un intenso debate en torno al papel de las Fuerzas Armadas estadounidenses en el siglo XXI.
