En un golpe contundente a la delincuencia organizada, las autoridades de la región de Ñuble han desmantelado una peligrosa banda narco liderada por una mujer y su hijo. La investigación, llevada a cabo por la Brigada de Investigación Criminal (Bicrim) de San Carlos y la Brigada Investigadora de Lavado de Activos (Brilac) de Chillán, con el apoyo del Ministerio Público, reveló que este grupo criminal se había dedicado de manera sistemática a la venta de cocaína base y marihuana.
Según los detalles proporcionados por el fiscal Pablo Fritz, la banda había logrado lavar más de $50 millones a través de la compra de casas y vehículos desde 2013, ocultando así el origen ilícito de estos fondos obtenidos mediante la venta de drogas. En total, se realizaron 11 allanamientos, donde se incautaron 250 gramos de pasta base, un revólver, un arma de fogueo, municiones y más de 6 millones de pesos en efectivo.
Lavado de Activos a Gran Escala
Según el jefe (s) de la Brigada de Investigación Criminal San Carlos, subprefecto Ángel Escalona, la banda adquirió diversos inmuebles sin contar con ingresos legítimos que justificaran dichas compras. «Les otorgaron, en definitiva, una apariencia de legalidad que impidiera develar su real e ilícita fuente, lo que les permitió utilizarlos sin temor a controles», explicó el fiscal Fritz.
En la audiencia de formalización de cargos, Patricio Zapata Ferrari y Daniela Espinoza Rodríguez fueron formalizados por lavado de activos, mientras que los otros cinco detenidos quedaron con medidas cautelares de prisión preventiva o arresto domiciliario.
Golpe Contundente a la Delincuencia Organizada
Este operativo representa un importante avance en la lucha contra el narcotráfico y el lavado de dinero en la región de Ñuble. Al desarticular esta peligrosa asociación criminal, las autoridades han logrado privar a la banda de los recursos obtenidos ilegalmente, evitando que sigan siendo utilizados para financiar actividades delictivas.
La investigación exhaustiva y la coordinación entre las diferentes unidades policiales y el Ministerio Público han sido fundamentales para este éxito. Ahora, corresponde a la justicia determinar las responsabilidades y sanciones correspondientes a los implicados en este grave delito.
