En un mensaje en video que se ha convertido en su testamento en vida, el Dalái Lama ha puesto fin a décadas de especulación sobre su futuro, confirmando que su linaje de 600 años continuará. Ha nombrado al Gaden Phodrang Trust, una fundación creada por él, como la única autoridad para dirigir la búsqueda de su reencarnación, en un desafío directo a los intentos de China por controlar este proceso.
Esta decisión ha recibido de inmediato el respaldo de la 15ª Conferencia Religiosa, el histórico cónclave de altos lamas reunido en Dharamshala, que respondió con una resolución unánime, apoyando el plan y condenando enérgicamente la interferencia de Pekín en un asunto que consideran sagrado.
Una Batalla Geopolítica por un Rito Místico
El proceso de reencarnación del Dalái Lama es un complejo ritual que comienza tradicionalmente tras la muerte del líder. El propio Tenzin Gyatso, el decimocuarto y actual Dalái Lama, fue encontrado a través de este método cuando era un niño.
Históricamente, el Panchen Lama, la segunda figura del budismo tibetano, juega un rol crucial en la validación de este hallazgo. Pero China, que considera al Dalái Lama un separatista desde su huida a la India en 1959, secuestró en 1995 al niño reconocido como el Panchen Lama, cuyo paradero sigue siendo desconocido.
La Fe como Estrategia de Resistencia
La hoja de ruta del Dalái Lama es la culminación de años de preparación para contrarrestar la estrategia de Pekín. En un libro reciente, ya había adelantado que su reencarnación nacería fuera de territorio chino.
Frente a la crisis, la comunidad en el exilio se apoya en una fe inquebrantable, la creencia de que el Dalái Lama vivirá hasta los 130 años, fomentada por él mismo, y que ofrece consuelo a un pueblo que ha vivido décadas en el exilio.
Con la hoja de ruta sobre la mesa, las celebraciones del 90º cumpleaños del líder este domingo adquieren un nuevo significado: el del inicio de la ejecución de un testamento político y espiritual diseñado para que el Tíbet sobreviva a su líder más icónico.