En una decisión histórica, los 32 jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros de la OTAN se han comprometido a incrementar su gasto en defensa hasta alcanzar el 5% de su PIB para el año 2035. Este ambicioso objetivo, plasmado en la declaración final de la cumbre celebrada en La Haya, responde a las «profundas amenazas y desafíos a la seguridad» que enfrenta la Alianza Atlántica, en particular la «amenaza a largo plazo que representa Rusia» y la «amenaza persistente del terrorismo».
Según el acuerdo, los países aliados deberán presentar planes anuales que demuestren un «camino creíble y progresivo» hacia el cumplimiento de esta meta. Esto implica que, año tras año, irán aumentando gradualmente su inversión en defensa hasta llegar al 5% del PIB en 2035. Cabe destacar que el texto no contempla excepciones claras para países como España, lo que sugiere que todos los miembros de la OTAN estarán sujetos a este compromiso.
Apoyo a Ucrania y seguridad colectiva
Además del incremento en el gasto de defensa, la declaración también subraya el apoyo a largo plazo de los países de la OTAN a Ucrania. Este apoyo se contabilizará dentro del gasto en defensa que cada Estado miembro declare.
Para el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, este acuerdo refleja el «compromiso inquebrantable» de los aliados con la defensa colectiva. «Ante las profundas amenazas que enfrentamos, debemos estar preparados y tener los recursos necesarios para proteger a nuestros ciudadanos», afirmó Stoltenberg.
Implicaciones y desafíos
Si bien este compromiso financiero sin precedentes representa un importante paso adelante en la seguridad de la región euroatlántica, su implementación no estará exenta de desafíos. Algunos expertos advierten que alcanzar el 5% del PIB en gasto de defensa podría suponer un esfuerzo económico considerable para ciertos países, especialmente en un contexto de incertidumbre económica global.
No obstante, los líderes de la OTAN confían en que este aumento de recursos permitirá a la Alianza fortalecer sus capacidades militares y hacer frente de manera más efectiva a las amenazas emergentes. En última instancia, el objetivo es garantizar la seguridad y la estabilidad de la región a largo plazo.
A medida que los países miembros comiencen a presentar sus planes anuales, la comunidad internacional seguirá de cerca los avances y el cumplimiento de este ambicioso compromiso de defensa colectiva.