Sergio Jadue, el ex presidente de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) de Chile, ha vuelto a aparecer en los medios de comunicación, generando una fuerte reacción de Harold Mayne-Nicholls, su antecesor en el cargo.
Mayne-Nicholls, conocido por su posición firme y su rechazo a la corrupción, no duda en calificar a Jadue como un «delincuente» que debería primero «devolverle todo lo que le sacó al fútbol chileno» y «pedirle perdón» antes de volver a tener un espacio público.
Recordemos que en 2015, Jadue se declaró culpable de fraude electrónico y sobornos en el marco del escándalo de corrupción de la Conmebol por los derechos de transmisión de torneos internacionales. Actualmente, es testigo protegido del FBI (Federal Bureau of Investigation) en Estados Unidos, donde enfrenta cargos por estos casos.
¿Cómo Debería Enfrentar Jadue su Pasado?
Para Mayne-Nicholls, el hecho de que Jadue tenga un espacio en los medios para «dar cátedra» es indignante, considerando su historial delictivo. El ex dirigente cree que Jadue debería primero resarcir el daño causado al fútbol chileno antes de volver a tener una plataforma pública.
Algunos expertos coinciden en que Jadue debería adoptar una actitud de arrepentimiento y transparencia, reconociendo públicamente sus errores y mostrando disposición a reparar el daño causado. Esto podría incluir la devolución de los fondos obtenidos de manera ilícita, así como una disculpa sincera a la afición y a las instituciones afectadas.
Oportunidad de Redención o Riesgo de Normalizar la Corrupción
La reaparición de Jadue en los medios plantea un dilema: ¿se le debe dar una oportunidad de redención o se corre el riesgo de normalizar la corrupción en el deporte? Algunos argumentan que, si Jadue demuestra un verdadero arrepentimiento y compromiso con la reparación, podría ser una oportunidad para enviar un mensaje de que nadie está por encima de la ley.
Sin embargo, otros consideran que su sola presencia en los medios, sin haber cumplido con las condiciones planteadas por Mayne-Nicholls, envía un mensaje equivocado y puede ser interpretado como una forma de «blanquear» su pasado delictivo.
En definitiva, la reaparición de Sergio Jadue en el panorama público ha reabierto un debate sobre los límites de la redención y la necesidad de enfrentar de manera contundente la corrupción en el deporte. Su futuro dependerá de si logra convencer a la opinión pública de que ha aprendido de sus errores y está dispuesto a resarcir el daño causado.
