George Simion, de 38 años, lidera el partido ultranacionalista Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR) y se presenta de nuevo tras quedar cuarto en la anulada primera ronda. Simion se declara heredero político del prorruso Calin Georgescu y es el favorito en las encuestas. Licenciado en Administración y Negocios, ganó notoriedad por su papel de agitador y tiene prohibida la entrada en Moldavia y Ucrania por sus reclamos territoriales.
Nicusor Dan, de 55 años, es el alcalde de Bucarest y candidato independiente. Doctor en Matemáticas, regresó a Rumanía en los 90 y fundó la ‘Unión Salvar Rumanía’ (USR), con la que entró al Parlamento en 2016. Sus enfrentamientos con promotoras inmobiliarias le han dado respaldo entre la clase media y baja, y es claramente proeuropeo.
Crin Antonescu, de 65 años, es el candidato de la coalición gobernante (socialdemócratas, liberales y minoría húngara). Profesor de Historia, fue presidente interino en 2012 y se presentó a las presidenciales de 2009. Es abiertamente proeuropeo y prooccidental, aunque causó polémica al defender la ejecución pública de narcotraficantes.
Victor Ponta, de 52 años, se postula a la presidencia contra la voluntad de su antiguo partido, el socialdemócrata (PSD), que lo expulsó. Fue primer ministro (2012-2015) y cofundador de la Unión Social Liberal. Ahora presume de sus lazos con el entorno del presidente de EE.UU., Donald Trump, y ha adoptado un discurso similar al del ultranacionalista inhabilitado Georgescu.
Estos cuatro candidatos con perfiles y estrategias tan diversas se enfrentan en una carrera electoral llena de giros inesperados. ¿Quién logrará imponerse y convertirse en el próximo presidente de Rumania?