El ministro de Exteriores de Israel, Gideon Saar, ha defendido el bloqueo israelí a la entrada de ayuda humanitaria en la Franja de Gaza, argumentando que el grupo islamista Hamás se apropia de esta asistencia y la utiliza para financiarse. Según Saar, la adquisición de bienes por parte de Hamás ha convertido la ayuda en un «motor económico» para el grupo, convirtiéndose en su «principal ingreso presupuestario en Gaza».
Saar afirma que estos fondos se utilizan para «fines terroristas», como restaurar las capacidades del grupo en la Franja o reclutar a milicianos. El ministro israelí también señaló que el bloqueo a la entrada de ayuda humanitaria a Gaza fue una respuesta a la negativa de Hamás a extender la primera fase del alto el fuego, cuyo último día fue el sábado, en lugar de pasar a la segunda fase tal y como estaba acordado.
La Posición de Hamás y las Negociaciones de Alto el Fuego
Por su parte, Hamás reprocha que Israel ha violado el acuerdo en 962 ocasiones, a través de ataques a la población gazatí, bombardeos, retrasos en la liberación de prisioneros y el acceso de ayuda humanitaria a niveles inferiores de lo acordado. La segunda fase del alto el fuego debía comenzar el domingo, pero las conversaciones entre las partes, que deberían haber empezado el 3 de febrero, están paralizadas.
Según el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, Israel ha «respondido» a una petición de los mediadores (Estados Unidos, Catar y Egipto) para extender las negociaciones «unos pocos días», después de que el sábado expirase la primera fase del alto el fuego sin que las partes hayan logrado un acuerdo para la segunda.
El Impacto del Bloqueo de Ayuda Humanitaria
El bloqueo de la ayuda humanitaria a Gaza ha sido criticado por varios países árabes, quienes acusan a Israel de usar el hambre como «arma» contra el pueblo palestino. Esto ha generado una situación humanitaria cada vez más grave en la Franja, con la población sufriendo las consecuencias de la falta de acceso a recursos básicos.
La disputa sobre el uso de la ayuda por parte de Hamás y las acusaciones cruzadas entre ambas partes han complicado aún más las negociaciones de alto el fuego, poniendo en riesgo la posibilidad de alcanzar un acuerdo sostenible que ponga fin a las hostilidades en la región.