Un sismo de magnitud 5.8 en la escala de Richter sacudió las regiones de Coquimbo y Atacama en el norte de Chile el pasado 24 de diciembre. El movimiento telúrico, con epicentro a 137 kilómetros al noroeste de La Rioja, Argentina, se produjo a las 19:42 horas y tuvo una profundidad de 154 kilómetros.
De acuerdo al Centro Sismológico Nacional, el temblor fue percibido con intensidad en varias ciudades de ambas regiones, incluyendo La Serena, Coquimbo y Copiapó. Afortunadamente, no se reportaron daños materiales significativos ni víctimas mortales como consecuencia del sismo.
Respuesta de las Autoridades
Inmediatamente después del evento, los organismos de emergencia activaron los protocolos de seguridad correspondientes. Personal de Onemi (Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior) y de Bomberos realizaron recorridos por las zonas afectadas para evaluar la situación y brindar asistencia a la población.
Afortunadamente, no se registraron daños de consideración. Nuestros equipos de respuesta actuaron con prontitud para garantizar la seguridad de los ciudadanos
, declaró el director regional de Onemi en Coquimbo.
Preparación y Prevención
Este sismo, a pesar de su magnitud moderada, sirvió como un recordatorio de la importancia de estar preparados para enfrentar este tipo de eventos naturales. Las autoridades reiteraron la necesidad de que la población cuente con un plan familiar de emergencia y esté familiarizada con las rutas de evacuación y zonas seguras en caso de un terremoto.
Además, se hizo un llamado a las comunidades locales a participar activamente en los simulacros y capacitaciones organizados por los organismos de emergencia, con el fin de mejorar la respuesta y resiliencia ante futuros sismos.
Debemos estar siempre alerta y preparados, porque lamentablemente los terremotos son una realidad constante en nuestro país
, enfatizó el alcalde de Coquimbo.
Importancia de la Prevención
Chile, al ser un país ubicado en el Cinturón de Fuego del Pacífico, está expuesto a una actividad sísmica constante. Por ello, es fundamental que las autoridades y la población trabajen de manera coordinada en la implementación de medidas de prevención y mitigación de riesgos.
Esto incluye desde la construcción de infraestructura sismorresistente hasta la educación y concientización de la ciudadanía sobre cómo actuar antes, durante y después de un terremoto. Solo así podremos estar mejor preparados para enfrentar estos fenómenos naturales y minimizar sus consecuencias.