
En un nuevo y devastador ataque, Rusia lanzó una ofensiva masiva con 430 drones y 18 misiles contra varias regiones de Ucrania, incluyendo Kiev, Járkov y Odesa. Según informó el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, este brutal asalto dejó al menos 4 personas muertas y causó daños generalizados en decenas de edificios residenciales y de infraestructura civil.
Zelenski denunció que el objetivo de Rusia era «causar el máximo daño posible» a la población y a las infraestructuras civiles. Entre los daños reportados se encuentran conductos de distribución de energía térmica dañados en Kiev, dejando sin calefacción a una parte del distrito de Desná. Además, una treintena de edificios residenciales resultaron afectados en la capital, incluyendo a una mujer embarazada y un niño de 10 años entre los heridos.
Exigencia de Sanciones Más Duras y Mejor Defensa Aérea
Ante este nuevo ataque indiscriminado, el ministro de Exteriores ucraniano, Andri Sibiga, condenó enérgicamente los bombardeos rusos, acusando a Moscú de atacar «de forma deliberada casas, hospitales e infraestructura civil y energética».
En respuesta, Zelenski volvió a pedir sanciones internacionales más efectivas y contundentes a las exportaciones de petróleo rusas, así como el refuerzo de las capacidades de defensa aérea de Ucrania. Según el presidente, estos ataques masivos con drones y misiles demuestran la necesidad urgente de una mejor protección del espacio aéreo ucraniano.
Impacto en la Población Civil
Los devastadores efectos de este ataque ruso se sienten en toda Ucrania, con daños en decenas de bloques de viviendas y en la embajada de Azerbaiyán en Kiev, donde cayeron fragmentos de un misil Iskander. Estas acciones indiscriminadas contra la población civil han generado una ola de indignación y exigencias de una respuesta internacional más contundente.
A medida que Ucrania se enfrenta a estos ataques cada vez más intensos, la presión sobre la comunidad internacional para imponer sanciones más duras a Rusia y reforzar la defensa aérea ucraniana se vuelve cada vez más apremiante. La población civil no puede seguir siendo el blanco de estos brutales bombardeos.