En un giro inesperado, el dueño de la automotora HDR, Reinaldo Lara, se ha pronunciado sobre las denuncias de estafa que enfrenta por parte de personas discapacitadas que contrataron sus servicios de importación de automóviles adaptados. Aunque Lara asegura que nunca antes habían tenido problemas en sus cinco años de trayectoria, las víctimas no le creen y mantienen su postura de que han sido víctimas de una millonaria estafa.
La versión del empresario
En una entrevista reciente, Lara explicó que el retraso en la entrega de los últimos vehículos se debe a un «efecto dominó» causado por cambios en las normas de importación. Según él, la situación se agravó debido a las denuncias públicas de los afectados, lo que le impidió restituir los dineros o entregar los autos. A pesar de la «grave crisis» que atraviesa a nivel personal y empresarial, Lara asegura que está realizando las gestiones para cumplir con sus clientes y descarta que haya una estafa detrás del problema.
La incredulidad de las víctimas
Sin embargo, las declaraciones de Lara fueron recibidas con escepticismo por parte de los afectados. Cristian Burgos, vocero de las víctimas, recordó que las denuncias y acciones legales comenzaron después de que algunas personas esperaran más de un año por sus vehículos adaptados. «Algunas personas esperaron un año por su automóvil», señaló Burgos.
Investigación en curso
El caso está siendo investigado por la Fiscalía, y el abogado del empresario, Alejandro Elgueta, ha indicado que van a colaborar en lo que se les pida, aunque hasta ahora Lara no ha sido citado a declarar. Sobre las soluciones que se habrían dado a algunos afectados, Burgos precisó que se devolvió el dinero a una persona y que en otro caso se entregó un vehículo que ha sufrido desperfectos, cuya reparación ha demandado un desembolso de 3 millones de pesos.
Un escándalo que sacude a la industria
Este caso pone en evidencia los desafíos que enfrentan las personas con discapacidad al buscar soluciones de movilidad adaptadas a sus necesidades. La falta de transparencia y la aparente desatención a los clientes vulnerables han generado un escándalo que sacude a la industria y exige una respuesta contundente de las autoridades.