8.6 C
Santiago
jueves, noviembre 13, 2025

Cómo el trauma de los atentados de París sigue afectando a las familias 10 años después

Noticias más leídas

Han pasado diez años desde que los ataques yihadistas sacudieron París, dejando 130 muertos y sumiendo al país en el terror. Pero las consecuencias de aquella noche siguen presentes en innumerables vidas: desde los supervivientes y las familias de las víctimas hasta los equipos de emergencia que acudieron en su ayuda. Entre ellos, los niños que crecieron a la sombra del 13 de noviembre.

Algunos perdieron a sus padres; otros presenciaron el trauma que marcó a los suyos durante años. Para estas familias, la última década ha sido un esfuerzo silencioso y constante por adaptarse a un acontecimiento que cambió sus vidas para siempre. Su recorrido, tanto el de quienes lograron reconstruirse como el de quienes siguen lidiando con el dolor, está en el centro de un estudio pionero sobre el trauma dirigido por investigadores franceses.

Años de reconstrucción

Para Caroline Jolivet y su esposo Christophe, aquel fin de semana iba a ser especialmente animado. Tenían entradas para asistir al concierto del grupo Eagles of Death Metal en la sala Bataclan el viernes 13 de noviembre de 2015, además de otros conciertos previstos para los días siguientes.

«La filosofía de Christophe era que descansaríamos cuando fuéramos mayores», recuerda Caroline. Esa noche, ella decidió quedarse en casa con sus hijos de 2 y 6 años. Acostó a los niños mientras su marido se dirigía al concierto. Apenas dos horas después, las noticias sobre los ataques empezaron a difundirse.

«Los niños estaban dormidos cuando me enteré», cuenta Caroline. «Pasé toda la noche llamando a los hospitales, pero no tenía noticias suyas». Cuando amaneció, sus hijos preguntaron dónde estaba su padre. «Solo les dije que estaba en el hospital y que no podíamos ir a verlo. Sabía que algo muy grave había pasado, pero aún no sabía que había muerto», menciona.

Christophe murió instantáneamente, alcanzado por disparos en el foso del Bataclan. Caroline no recibió la confirmación oficial hasta el lunes por la noche. «Perdí completamente el rumbo. Todo se derrumbó», dice. En medio del caos, tomó conciencia de que debía seguir adelante por sus hijos.

Un trauma «radiactivo»

Las consecuencias psicológicas de los atentados de 2015 fueron profundas. Una encuesta de salud pública de 2019 reveló que el 54% de las personas que perdieron a un ser querido sufría trastorno de estrés postraumático (TEPT) y el 49% padecía depresión grave.

«En 2015 los psicólogos sabían muy poco sobre el trauma», explica Thierry Baubet, jefe del departamento de psicopatología infantil del Hospital Avicenne, en Bobigny. «Los hijos de las personas afectadas siguen siendo un grupo poco explorado. Los padres temen el daño que podrían causar a sus hijos, como si su propio trauma fuera radiactivo».

La neuropsicóloga infantil Bérengère Guillery lidera un estudio sobre cómo las familias se adaptaron tras haber vivido el trauma del 13 de noviembre. «Los padres traumatizados modificaron su manera de educar, lo que tuvo un efecto dominó sobre sus hijos», explica. «Algunos niños desarrollaron miedo al metro, insomnio o ansiedad constante. Otros padres se volvieron hipervigilantes; otros evitaron por completo hablar del tema».

Una nueva identidad

Para Caroline Jolivet, el proceso de integrar el trauma no ha terminado. «Mis hijos son ahora adolescentes y han necesitado apoyo psicológico en cada etapa de su desarrollo. En cada fase, hay que encontrar nuevas palabras y nuevas explicaciones. Es muy exigente».

Según Guillery, «un acontecimiento traumático se convierte en parte de nuestra identidad. El desafío es integrarlo de forma constructiva, no destructiva». Los investigadores creen que los efectos de los atentados de París perdurarán durante años, pues el recuerdo sigue vivo y se reactiva cada vez que se conmemora o se menciona en los medios.

Mas Noticias

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Últimas Noticias